Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


sábado, 2 de febrero de 2013

¿De verdad hay una Calzada Romana en Las Merindades?

Hispania, año 218 antes de Cristo, Cneo Escipión, padre del que llamará la historia “El Africano”, desembarca en Rosas durante la segunda guerra púnica.



Los romanos ya no se irán. Son parte de nosotros aunque el imperio desaparecería 627 años después. Más de medio milenio da para mucho y entre otras cosas construyeron cientos de kilómetros de caminos. Inicialmente para mover a su ejército pero con ellas avanzó la cultura y el comercio hasta el último rincón de la piel de toro.


Pero ni con las fabulosas vías rápidas que construían fue fácil la conquista, casi 200 años. Después de ese desembarco tenemos las guerras cántabras y, antes, Numancia que cambió la fecha de nombramiento de los Cónsules de la República y con ello el día de nuestro año nuevo. Imaginen 200 años de guerra de Vietnam o, también con Yankees, una fatigosa y sangrante conquista del oeste. Aunque, si lo pensamos bien, la reconquista de ese mismo terreno nos llevó 778 años. Frente a esto Roma fue rápida.


Venga, saltemos atrás en el tiempo. En aquel 29 a.C. Octavio Augusto decide acabar con las razzias de Astures, Cántabros y Vacceos (No Vascones) y culmina la conquista en el 19 a.C.
Guerreros Cántabros, Astúres y Baleares
¿Qué deducimos con esto?
  1. Que las Merindades están el la zona oriental de las guerras Cántabras.
  2. Las tropas y sus abastecimientos se trasladaban por las calzadas.
  3. Seguramente algún ramal de una u otra calzada principal pasaba por estas tierras.
  4. Tras la conquista, era necesario comunicar la meseta con el mar más próximo y el mejor camino era por el Valle de Mena.
Si no las vemos, será porque no hay. ¿Quiere decir eso que no las hicieron? ¿Qué las hicieron de mala calidad y han desaparecido tras 2000 años? ¿Sabe alguien cómo se construía una calzada?
  



¿Se han fijado en estas dos viñetas que explican cómo se construían las calzadas? Pues, según las modernos descubrimientos basados en trabajos del siglo XVIII y del actual estudio de campo, las calzadas no eran lo que han visto. El clásico diseño que hemos conocido existía en los cascos urbanos y, fuera de las ciudades, llegaba hasta los cementerios romanos. ¿Entonces? 


Pues, las calzadas tenían una base de piedra que elevaba la vía hasta una altura cercana al metro. Sobre estas piedras se vertía zahorra para que los caballos, mulas y burros pudiesen desplazarse con tranquilidad al carecer de herraduras sobre sus uñas. Este sistema permitía, además, que los carruajes se desplazasen sobre una superficie cómoda. ¿Se imaginan los botes que darían los pasajeros y las cargas en un camino empedrado?


Esas zahorras y los cantos que estaban bajo ellas eran traídos de diferentes lugares, muchas veces lejanos al lugar donde se han encontrado y que hoy nos gritan su procedencia. Por cierto, eso de que los construían los legionarios... nada. Quizá sí que gestionaban el diseño y la contratación de los constructores locales que eran los que, con trabajadores especialistas, ejecutaban la obra. Sigan a Isaac Moreno Gallo para saber más. y mejor.. 

Dicho esto, si tenían calzadas y eran gente tan cualificada, ¿Cuál fue la razón de tardar 200 años en dominar toda la península?


Por un lado, la conquista no fue continua, estuvo salpicada de periodos de inactividad y de guerras civiles romanas. Además, el ejército pasó en ese tiempo de uno de levas a otro de voluntarios y, finalmente, la estructura política y de distribución del poder cambió.
Hastatii republicanos
En la República Roma tenía 4 legiones, pero podrían formarse más en caso de necesidad y cada Cónsul comandaba dos de ellas. Se estableció el cargo de Tribuni Militium: por lo general había seis hombres (uno de rango senatorial) que tenía el mando de parte del ejército y de la caballería.


Tras las Guerras Púnicas el ejército y el estado romano entró en crisis ya que las obligaciones militares habían forzado a los agricultores a abandonar el campo y al regreso de la guerra los suelos se encontraban descuidados o sus familias los habían vendido para sobrevivir. En 107 a.C. Cayo Mario fue elegido cónsul y como solución a parte de estos problemas decidió el reclutamiento voluntario. De esta manera los soldados recibían armas y armadura que iban pagando con su sueldo y cuando se retiraban recibían tierras públicas.

Legionarios de la época de Cayo Mario

La división de la infantería en secciones especializadas, hastati, príncipes y triarii, desaparecerá con la reforma de Cayo Mario. La infantería legionaria constituirá un cuerpo homogéneo de infantería pesada, sin distinciones por razón del armamento o la veteranía de los soldados, aunque pervivió de algún modo en la nomenclatura de los empleos de la oficialidad con fines de escalafón. Del mismo modo, se eliminó de la legión el contingente de vélites, que ya estaba totalmente en desuso: la infantería ligera de las legiones primitivas era muy poco efectiva, como se demostró una y otra vez durante las Guerras Púnicas, y fue sustituida por cuerpos especializados de "auxiliares", que en la época imperial procedían de reclutamientos entre los indígenas de las diversas provincias, agrupándose según su origen étnico y conservando su indumentaria y estilo peculiar de combate. A los legionarios se les viste con una túnica roja (no se nota la sangre) y con un puñal “pugio” como arma auxiliar.
  
Legionario "Clásico"

Legionarios Bajo Imperio
También se crea el “paquete de batalla” que permitía a los legionarios llevar todo lo necesario (pala, pico, bolsa para el trigo, cantimplora, el plato para las raciones y piezas de repuesto). Todo esto además de la espada y las pila. Esto les valió a los legionarios el apodo de “las mulas de Mario” por la cantidad de bienes transportados.


Con todos estos básicos conocimientos sobre construcción de calzadas y milicia romana nos enfrentamos al dilema de Irús.

¿Es o no es romana la Calzada de Irús?
  
Para la página de Turismo del Valle de Mena hay tres alternativas. A saber:
  • Es parte de la vía romana Flaviobriga (Castro Urdiales) a Pisoraca (Herrera de Pisuerga) por el Valle de Mena.
  • Por el trazado que presenta y por su construcción sería posterior al s. XVIII.
  • Podría ser un antiguo camino neolítico utilizado por la población indígena y posteriormente por los romanos sin adecuarlo a las características técnicas de una vía romana. Pero entonces…
Con esta posición la idea de afirmar que era de época romana no es descabellada, de hecho 2/3 de las alternativas apuntaban a esa posibilidad. Un 66`66 % a favor, es para pensarlo.
Vale. Pero entre mayo y junio de 2009 un estudio aseguró que, basado en la observación de los 6 Km. entre Irús y Burceña, la vía era posterior, muy posterior, a los romanos.

La vía, según describe el estudio, tiene un total de once kilómetros de longitud pero en muchos tramos ha desaparecido. El camino tiene cuatro metros de anchura media construidos mediante una “única capa de piedras hincadas en vertical y colocadas de manera inmediata”. Son de bloques de piedra caliza de pequeño y mediano tamaño amalgamados con tierra o barro y priman los cantos alargados sobre redondeados. Es un camino mulatero mientras que las calzadas eran caminos carreteros de seis metros o más.

Camino de las Enderrozas

Podríamos suponer que esto solo ocurre en alguna zona apartada pero el estudio informó que esta disposición predomina en la mayor parte del recorrido estudiable.


Con todo ello los analistas indican que no aparecen las señales comunes de calzada romana.
  
Entonces, ¿de cuándo es?


Parece ser que era un corto camino comercial hacia los puertos cantábricos y que era transitado por mulas y machos y no carros por la dificultad de circular sobre ese pavimento. Una variante del Camino Real entre Villasana y Bercedo.


Varios documentos del Archivo Municipal del Valle de Mena informan de las constantes reparaciones obligadas por las riadas del Cadagua, su coste y las quejas vecinales.
  
Un ejemplo de estos documentos, que menciona tanto Las Enderrozas como “otra” es el de 1743. En él Simón de las Ribas y Francisco del Valle Salazar (síndicos procuradores generales del Valle de Mena) presentan ante Domingo Lasomera Alvarado (teniente de gobernador y justicia ordinaria en el Valle de Mena) a diversos testigos, que declaran bajo juramento que los caminos del valle están transitables y en buen estado, y que el valle gasta grandes sumas cada año en mantenerlos practicables, incluyendo el de las Enderrozas (que es para las recuas y va desde Irús por medio del valle) y el camino carretero por el que desde hace poco transitan los carros con lana de la Cabaña Real. En este documento vemos la diferencia del camino de Uña, que ha sido tomado erróneamente por romano y el Camino Real de Villasana, para carros por su trazado en alzado, ya que es el mayor condicionante de cuantos puedan establecerse para este tipo de tráfico. (Judith Trueba Longo, 2009).
  
Y ¿por qué hemos identificado Las Enderrozas como una calzada romana?

a) Porque se han encontrado varios miliarios. Como muestra lo que contaba don José Bustamante Bricio en su obra “La tierra y los valles de Mena. Biografía de un municipio” que lo incluye como parte de la calzada romana de Flaviobriga a Pisoraca. En ella describe los miliarios y otras inscripciones encontradas.

La primera de dichas inscripciones rezaba:

D. N. FLAVIO VALERO SEVERO
P. F. INVICTO NOBILIS SIM. CAES
  
Y para aquellos de nosotros no familiarizados con la manía romana de las abreviaturas se leería:

 D(omino) N(ostro) FlavioValerio SeveroP(io) F(elici) Invicto Nobilissim(o) Caes(ari)

A unos trescientos metros de esta se encontraron asimismo otros sepulcros y lápidas, una de cuyas inscripciones decía:
  
IMPERATORES C. MESSIO
Q. TRAJANO DECIO
P. F. HERENIO ,-.UGUSTO
TRIBUNICIAE POTESTATIS
CIVIUM VEL VIATORUM USUI P. P.
Lo que quiere decir:

[Imp(eratori) Caes(ari)] G(aio) Messio [Q(uinto) Traia]no Decio [PioFel(ici) Invi]cto Aug(usto) [P(ontifici) M(aximo) Trib(unitiae) Pot]estatis III[Proco(n)s(uli) C]o(n)s(uli) III P(atri) P(atriae)

El miliario se data entre el 1 de enero del 251 y noviembre del mismo año, o sea, el período de tiempo durante el que Decio detentó la Tribunicia Potestad y el Consulado por tercera vez.
Miliario de Santecilla
Como digresión podemos indicar que don Martín de los Heros creía que P. P. significaba «pecunia publica» lo que le confirmaría que allí existió una población romana, que debió desaparecer hacia el año 306, reinando Constantino, o acaso dos siglos más tarde con motivo de las invasiones godas.
  
Por aquellos mismos lugares - y ello refuerza el argumento - apareció la piedra mal llamada del Berrón cuya inscripción transcribió:
  
IMP CESARI C. IVLIO VERO
MAXIMINO PIO FELICI AVG. GERMANICO
MAXIMO DACIÇO MAX, SARMATICO MAX
PONT MAX, TRIB POT V. IMP VII COS PROCOS
C IULIO VERO MAX, NOB, CAESARI
SARMATICO FIL D. M. MAX PRINCIPE IVETUTIS
IMP G. IVLI VER! MAXIMINI P. FEL. AVG.
VIAM ET PONTES
TEMPORE VETUSTATIS
COMLAPSOS RESTITVERVNT
CVRANT Q. DECIO LEG. AVG. G. P. C. V.

Lo que con todas sus letras se leía:

VImp(eratori) Caesari C(aio) lulio VeroMaximino Pío Felici Aug(usto) GermanicoMax(imo) Dacico Max(imo) Sarmatico Max(imo)Pont(ifici) Max(imo) Trib(unitiae) Pot(estatis) V Imp(erio)VII P(atri) P(atriae) Co(n)s(ul)Proco(n)s(ul)G(aio) lulio Vero Max(imo) Nob(ilissimo) CaesariGer(manico) Max(imo) Dacico Max(imo)Sarmatico Max(imo) Principi luventutisFil(io) D(omini) N(ostri)Imp(eratoris) C(ai) luli Veri Maximini P(ii) Fel(icis) Aug(usti)Via[m Et] Pontes Tempore VetustatisConlapsos RestitueruntCuran[te] Q(uinto) Decio Leg(ato) Aug(usti) Pr(o) Pr(aetore)C(larissimo) V(iro)
  
Esta piedra se halló junto a la iglesia de Santecilla, a la que debió trasladarse al desaparecer la ermita de San Andrés, también en la pedanía de Santecilla. En 1920 fue trasladada al Museo Arqueológico de Vizcaya. La inscripción corresponde al año 238 d. de J. C. Su traducción, en extracto, es como sigue: “Cesar Cayo Julio Vero (e inserta sus títulos) y Cayo Julio Vero Maximino (también los suyos), mandaron arreglar y reparar los caminos y puentes que por su vejez estaban destruidos. Teniendo el cuidado de las obras Q. Dedo, cuyo arreglo se inició una milla más delante de Bracara Augusta”
  
b) Los vetustos documentos viarios que nos han llegado del periodo Romano, bien originales o copias, nos informan de la existencia de las calzadas imperiales. Fuentes de este tipo son: El itinerario Antonino, los vasos de Vicarello, el Anónimo de Rávena, las tablas de barro de Astorga, algún otro (por no ser exhaustivos) y la Tabula Peutingeriana.
  
Tabula Peutingeriana. Iberia.
Dicha Tabula es un mapa esquemático donde las masas de tierra están distorsionadas y muestra muchos asentamientos romanos, las carreteras que los unen, ríos, montañas y mares. También incluye las distancias entre los asentamientos. Pero tiene un problema: La parte del mapa que representa Britania e Hispania no es como las otras sino que es una copia que puede tener olvidos y desviaciones sobre el deteriorado original.

c) La geografía y la Guerra. Limitamos con el territorio de las guerras Cántabras y es el mejor paso desde el Cantábrico a la meseta. Junto a esto, ya se ha comentado en el Blog, la forma de repoblación tras la conquista árabe avanzó desde el Cabrio y giró hacia Valpuesta.
d) Hay poblaciones y diversos yacimientos Romanos en Las Merindades lo que refuerza la idea de que debe haber calzadas. Recordad que la sal de Salinas de Rosío tenía que comercializarse por algún camino. Y en este sentido, ¿cómo transportaban los productos durante la república y el imperio?
  
El transporte por carretera se realizaba en carros de ruedas pesadas y sin amortiguación tirados por bueyes que avanzaban diariamente la distancia entre dos o quizás tres manssio.
  
Podríamos dudar de la corrección del estudio, pero los romanos eran ortodoxos en temas de construcción y no alteraban un modelo exitoso. Y si esta no es nuestra calzada, la pregunta sería dónde esta la calzada. Porque haberla, la hay, como las meigas. Repetimos que se han encontrado miliarios, hay restos de poblaciones romanas de cierta importancia, topónimos y el lugar es una zona de paso hacia la meseta.
  
¿Alguien ha visto una Calzada Romana rondando por Las Merindades?

Lo primero que indicaremos es que la propia calzada, como ruta completa, no está claramente identificada. Aunque la asociación entre Flaviobriga (Castro Urdiales) y Pisoraca (Herrera de Pisuerga) se ha dado por segura como lugares de origen y destino de ella, ni un solo metro de camino realmente romano parece haber sido encontrado nunca entre estas dos localidades.

Los miliarios encontrados en el valle de Otañes indican de manera parcial en su leyenda un posible destino a Pisoraca., la leyenda A PIS, que parece significar “desde Pisoraca”. Otro miliario indica en las líneas finales ORACA·M/CLXXX. Genial porque eso significaría una distancia de 180 millas. Distancia excesiva que Iglesias Gil justificaba mediante conexión previa hacia la Vía de Aquitania entre Valmaseda y Puente Larrá para luego, a través de Sasamón llegar a Pisoraca. Aplicando la navaja de Ockham, la solución más simple es la de la falsificación. (Por la época en que se halló, su rápido deterioro posterior, etc.).

Nuestra vía transitaría por el vallejo de Rucalzada (río de la calzada) y el puerto de las Muñecas (muñeca=miliario), Sopuerta (subpuerta=bajo el puerto), Valmaseda (Val massada= val de la mansio) y ya el Valle de Mena. Es aquí donde hay constancia del miliario de Santecilla.

Descartamos el camino de Las Enderrozas. Su trazado es malo para Vía e impropio de ingenieros romanos, cosa que tampoco avala que algunos autores, que con buen juicio lo han considerado medieval, lo supongan, sin embargo, asentado sobre la traza de una romano.

Así pues, rastrearemos la existencia de la vía a través de Las Merindades: valle de Mena y valle de Losa. Se unen así Flaviobriga en Castro Urdiales, Valmaseda, el yacimiento de Salinas de Rosío, unos pequeños núcleos romanos en torno a San Llorente y a San Martín de Losa y Vxama Varca, al sur de Osma de Álava.

Tenemos claro la zona por donde debería transitar, busquémosla. Partimos de Valmaseda, cuyo nombre podría venir del apelativo de masada o massal derivado de mansio (Mansión, Posada) como ya indicaba Fita en 1908. Saliendo del pueblo hay otro lugar llamado de la Calzada, bien visible en los mapas1/25.000 del IGN.
  
Y en el límite administrativo con Las Merindades (Provincia de Burgos) se conoce el hallazgo de tres miliarios. Uno el llamado del Berrón, pero encontrado en las ruinas de una ermita de Santecilla. Esta pieza está conservada hoy en el museo Etnográfico de Bilbao y está dedicada a Maximino, en el año 238. Nava de Mena tiene otro miliario, en este caso de Decio, del año 25.1. (Los textos latinos están más arriba).
  
Todas estas piezas se encuentran en al único camino que ha podido ser vía romana en la zona. Exactamente al pie de la actual carretera, la de mejor trazado posible. Y esto no es algo excepcional. En todos los territorios que formaron parte del Imperio Romano se extendieron infinidad de Calzadas y por los mejores sitios. Lugares que los ingenieros posteriores aprovecharon para las carreteras modernas.

Y es en estas primeras rampas del puerto donde se encuentra el camino medieval de las Enderrozas o de Nava de Ordunte – la que vulgarmente hemos llamado siempre calzada romana-. Se desarrolla en el valle del río Ordunte desde Nava hasta Burceña, ascendiendo luego hasta Arceo e Irús. Acorta sensiblemente el recorrido entre Gijano e Irús, respecto al trazado de la vía romana, pero a costa de discurrir por una orografía endemoniada, sobre todo a partir de Burceña. Este factor, hipoteca su trazado en alzada hasta el punto de imposibilitarle su uso para el tránsito de rueda. Sus planta apuntan también a esta característica, siendo su anchura irregular y muy escasa en muchos tramos donde apenas supera los dos metros. Su pavimento a base de cantos de lajas hincados en vertical, separados en fajas por otros dispuestos longitudinalmente, no es apto para el tráfico rodado e incómodo en todo caso para el de uña.

Es una senda con pretensiones, encachada con cierta gracia en algunos tramos, acompañada de puentes de regular o mala factura, que posibilitaba el tránsito mulatero concierta comodidad. Características alejadas de la técnica constructiva de las vías romanas, suficientes para considerar que no es ni el camino romano, ni el trazado que le conviene a una carretera como son las romanas.
Sin embargo, el corredor de la actual carretera por Villasana de Mena presenta condiciones inmejorables para el establecimiento de una vía romana. Isaac Moreno se basa en restos perceptibles en el vuelo Americano de 1957 y en los vestigios físicos encontrados en el trazado viejo, en la zona de Tarriba, en Entrambasaguas y entre los paradores de Taranco y Vivanco de Mena, nos fijan en curso de la Vía. En Paradores de Concejero existe un pequeño terraplén lleno de vegetación que muestra la estructura interna de la clásica vía romana.
Desde Irús, el camino se unifica hasta el Cabrio. La actual carretera se superpondría a la calzada. En alto del Cabrio aparecen topónimos latinos: Leciñana, que podría aludir a un tal Licinio, más adelante el lugar de las Muñeca, que figura en los mapas del Catastro a poco más de un kilómetro de Leciñana. Cerca de Bercedo, las Calzadillas, que parece aludir a camino romano. No se sabe el curso exacto de la calzada por este alto pero puede estar bajo la carretera actual.
En Villasante se separan el Camino Real de Burgos y Madrid, camino de Villarcayo y el Almiñé, y la vía romana que cruzaba el río en el Ribero para dirigirse al Portillo de Tabliega. Entre Villasante y el Crucero, se conservan importantes trozos con la estructura de la vía romana entera. Se distingue la loma que forma la calzada en las fincas. Nada más cruzar el río Cerneja, la vía se ve labrada desde tierra y desde el aire perfectamente y luego vuelve a estar conservada devorada por la vegetación primero y en forma de camino muy poco transitado, después.
Villasante de Montija
En Salinas de Rosío se han realizado sondeos arqueológicos con resultados excelentes, dejándose ver una gruesa cimentación coronada con una buena capa de cantos menudos calizos que formaban tanto la estructura del firme y la capa de rodadura, exenta aquí de cantos rodados. En el cruce de la vía romana con el río Salón, al sur de esta, se encuentra el yacimiento romano de las Molleras, de 19 Ha de extensión. Una ciudad romana que se sirvió de la explotación de las Salinas, que hoy dan nombre al pueblo, y cuyas eras de secado más modernas, se ven hoy junto al pueblo. Desde aquí pasa al Vallejo del Cuerno al pie del cerro del Castillo, con yacimiento romano importante en el alto. Probablemente se trate de un puesto de vigilancia desde el que se domina bien el corredor en ambas direcciones.
Salinas de Rosío
  
El yacimiento de Nocedo, con 2 Ha de extensión y en el mismo pie de la vía, podría ser una manssio de servicio, existentes siempre en todas las vías. Ahora el camino antiguo se llama Camino de Medina de Pomar. En el Valle de Losa se llaman los lugares próximos a la calzada Socalzada y Calzadillas.

Para los autores de “Vías Romanas de Castilla y León” el estado de conservación de la vía romana es admirable. Se confirmó su existencia en noviembre de 2009. Así entre Villabentín y Castresana se conserva perfectamente. De Castresana a Lastras de la Torre, está labrada desde no hace muchos años, por lo que se ven sus restos en superficie. El rastro llega hasta el pueblo de Calzada, de cuya génesis toponímica ahora se conoce verdaderamente.
Cata de la calzada en Lastras de la Torre y Villaventin
La identificación entre Salinas de Rosío y Calzada alcanza, de esta forma, una precisión inusitada en este tipo de trabajos, gracias a la enorme cantidad de indicios encontrados y al extraordinario estado de conservación en tanta longitud.

Desde Calzada, se conserva también parte del empedrado en el camino hasta el cruce del río Jerea, en el lugar del Campo Santo. Hasta san Llorente, la calzada se conserva bien en la subida desde el río y parcialmente al margen del camino actual que llega al pueblo. Como documento clave en esta zona tenemos la cita medieval del Monasterio de San Salvador de Oña (1032-1284), en la que se cita el desaparecido puente del río Jerea en Calzada. Tras un quiebro hacia el noreste, para pasar por el lugar de San Pelayo se aproxima al cañón de Angúlo, para seguir desde aquí por el Camino Real de Quincoces a Berberana.
  
San Martín de Losa
Bordea el río Nabón al norte de la carretera actual y lo cruza cerca del yacimiento de los Casarejos (San Martín de Losa). La huella aérea y los restos visibles en tierra, identifican de nuevo a la vía romana en la zona de Villalambrús (Villa Lumpnos) y Fresno de Losa. Pasa entre Mambliga de Losa y Aostri e ignora las actuales localidades de Villalba y Berberana. Pasa junto al yacimiento romano de las Cascajas y abandona Las Merindades.


Anexo: Ruta de la Calzada de Flaviobriga a Pisoraca en las Merindades:
  
Nos enganchamos a la vía en Valmaseda y la seguimos cruzando el Cadagua y por la margen derecha al Berrón, la Cayuela, cruzando allí el arroyo Romarín. Desde la Cayuela, por la carretera C-6318 de Valmaseda a Medina de Pomar, sigue a Gijano por un camino ya desaparecido, luego a Tarriba por lugares cercanos a la vía del tren y a Cereceda, Ungo y la Presilla por algún lugar cercano a la carretera actual. En la Presilla se deriva al oriente por un camino mal conservado y continúa entre Menamayor y Entrambasaguas hasta Mercadillo, donde coincide con la carretera de nuevo. Cruza Villasana de Mena por la travesía actual. El río Cadagua lo hace por el lugar del puente. Enseguida se desvía de la carretera para juntarse en Barrasa. Sigue por ella hasta los paradores de Taranco y se separa de nuevo al sur, para volver al trazado de la carretera en Vivanco de Mena. Sigue por la carretera desde Urbaneja hasta Irús y con escasas variaciones, por este mismo corredor llega hasta Bercedo. En Bercedo pasaba el río Cerneja por el lugar del puente actual de piedra que, aunque moderno, parece instalado en el mismo sitio favorable al paso en todos los tiempos.


A partir de aquí, llega hasta la carretera N-629 de Laredo a Burgos, con la que coincide hasta Villasante. En este punto se separa, al oriente de la carretera, para cruzar otra vez el río ala altura del Ribero. Cruza luego la carretera de Castrobarto para dirigirse al portillo del Peñalón camino de Tabliega. San Miguel y los Arcillos, hacia Salinas de Rosío. Sale bordeando la colina del Castillo, por el norte, hacia Návagos, pasando al norte del Alto de las Cruces de Rivamediana. Cruza Návagos de sur a norte y sigue por el Camino del Apeadero. Pasa por el yacimiento de Nocedo y el lugar de los Casares (Junta de Trasloma). Entra en el Valle de Losa, pasando por los lugares de Socalzada y Calzadilla, hasta llegar al pueblo de Calzada, presentando tramos labrados y tramos conservados.


Cruza el río Jerea en el lugar del Campo Santo, entre Calzada y San Llorente. Sigue por el camino de San Llorente hasta Lastras de Teza, cruza la carretera de Quincoces de Yuso y coincide un pequeño tramo con el Camino Real de Quincoces. Continúa al sur de Teza de Losa, para cruzar el río Navón en el lugar de las Presas. Desde aquí gira al sur, hasta tocar la carretera de Quincoces y discurrir paralelo al arroyo de Los Molinos. Pasa entre Mambliga y Aosti de Losa, por Las Calzadas, La Venta y Las Crucijadas. Sigue al sur de Villalba de Losa, pasando por Carrolateja y Arguijo. Luego pasa al sur del pueblo de Berberana, por Fuente Horcajo y las Calzadas. Por el lugar de la Cruz, entra en Álava para llegar a Osma.


Bibliografía:

Crónica de las Merindades.
 “La tierra y los valles de Mena. Biografía de un municipio” de José Bustamante Bricio.1971.
 Diputación Provincial de Burgos. IGLESIAS GIL, J. M., MUÑÍZ CASTRO, J. A. 1992, pp. 145 y ss.: Las comunicaciones en la Cantabria romana
Vias Romanas.NET  Isaac Moreno Gallo.
 “Atlas de Historia de España” de Fernando García de Cortazar. (Circulo de Lectores)
 Soldados de Plomo de la Antigua Roma. Planeta D´agostino.
 Historia de España. Salvat.
 La Aventura de los romanos. Juan Antonio Cebrián.
 Angel G Pinto. Ilustrador.

11 comentarios:

  1. Por rectificar un poco el título del post, no una sino tres,como se ve claramente en www.viasromanas.net
    La que describes que va de Castro a Osma y que está perfectamente trazada.
    La que va de Castro a Poza de la Sal y se desgaja de la primera un poco después del Crucero para seguir por el corredor de Trespaderne
    Y la de Castro a Herrera de Pisuerga, que se deslinda de la primera en torno a Bercedo y discurre cerca de Espinosa y Ojo Guareña.
    Y con ello va el comentario inevitable: no estaría de más terminar el trazado de las otras dos como primer paso para poner en valor ese patrimonio cultural.
    Un abrazo,
    Francisco

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    1. Ante todo muchas gracias por tu participación, Prospero / Francisco.

      Con relación al título es cierto que da a entender que sólo hay una calzada romana en Las Merindades cuando, ciertamente, hay un mínimo de tres: la estudiada en esta entrada, la que iría a Briviesca por Trespaderne y Horadada (recordemos Tedeja) y la que por Espinosa y Ojo Guareña llega hasta Juliobriga (tal como explica usted). Pero… "¿De verdad hay tres calzadas romanas en Las Merindades?” no sonaba igual.

      Por razones de economía me centro en la que la gente más cree conocer, por los miliarios encontrados y por el equívoco que produce el camino medieval de Irús, explicando las razones por las que ese camino no es calzada y cual es la vía que pasaba por el Valle de Mena y su destino.

      Respecto a su pregunta, desgraciadamente retórica, estoy de acuerdo, deberían estudiarse y señalizarse pero el sacarlas a la luz podría acelerar su deterioro y expolio como ha ocurrido con otros monumentos. Si nos fiamos de las buenas intenciones de los políticos…

      Para cualquier comentario o información esta es tu casa,Bienvenido.

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    2. La calzada no es romana, hay que informarse y no dejarse llevar por la querencia.

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    3. No le entiendo. ¿Podría profundizar sus argumentos, por favor? Gracias.

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  2. En el Valle de Losa , en el término de Villota de Losa existe (o existía) una llamada Junta de Estrada; ésta "estrada" ¿es recuerdo de la calzada romana?
    Saludos

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    1. No creo que vaya usted desencaminado y, probablemente (porque afirmar ya no se puede afirmar nada), ese sea el origen. El diccionario de la RAE define Estrada como camino o vía que resulta de hollar la tierra, o vía que se construye para andar por ella, o camino entre dos tapias, cercas o setos.

      Por otro lado, Julián García Sainz de Baranda, en su obra “Notas para la Historia del Valle de Losa” dice: “Dentro de la Junta de Villalba de Losa, hay una subdivisión administrativa que se conoce con el nombre de Junta de Estrada y la forman los pueblos de Villota, Lastras de Teza, Teza, Villacián y Barriga. Recibe tal nombre porque sus vecinos acostumbran a reunirse en el término denominado de Estrada, propio del lugar de Villacián”.

      Jugando con la imaginación podríamos suponer que ese nombre sería causado por la vía romana. Más que nada porque suponer que se reunían entre dos tapias no resulta elegante.

      Un saludo y gracias por leer este blog.

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  3. No cuestiono la existencia de una calzada Romana, pero la foto aérea de S. Martín de Losa muestra un viejo camino de antes de la concentración parcelaria al igual que se ve otro debajo del pueblo con la carretera. Donde si hay restos de otra posible edificación es a escasos metros de la ruinas de los casarejos (primera finca de salida del pueblo hacia las ruinas a la altura del segundo poste de teléfonos) donde he visto piedras de sillería que evidencian posibles restos de construcciones.

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    1. Ante todo, gracias por su participación.

      Ciertamente la calzada romana está confirmada al 99´99 % (solo será absoluta si la desenterrásemos en su totalidad. Y en la documentación de Isaac Moreno nos indica que esta área consta como no conservado, por lo cual la ambivalencia es posible. Otrosí, parece que no se hayan hecho catas para descartar o confirmar el camino y podemos suponer que el elegido por “Vías Romanas” ha sido el que estimaban más lógico en función del devenir de la vía, que entra y sale de la zona.

      Creo, como Isaac Moreno, que el camino que se señala sea el cierto aun cuando no cumple el manido ideal de la línea recta siempre que fuese posible (frente a la actual carretera que sí es recta ¿quizá al fina la vía esté bajo la carretera?). Incluso la presencia de sillería, romana o no, pudiera estar asociado a un inicial pueblo o a edificio accesorios del yacimiento.

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  4. Hace ya muchos años, en Quintanilla de Pienza, apareció una enorme piedra rectangular en una finca, que estuvo apartada y olvidada durante mucho tiempo. El año pasado, a alguien se le ocurrió colocarla plantada junto a la fuente del pueblo, donde está ahora.
    No soy ningún experto, pero se parece mucho a un miliario romano. Estaría muy bien que alguien le echara un vistazo.

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  5. Interesante la exposición. Según se dice, la Legio Macedónica,estuvo asentada en Medina de Pomar al final de las Guerras Cántabras, con Agripa. Es natural que existiera una calzada romana en la zona aprovechando la "mano de obra barata", los legionarios, para construirla y facilitar sus traslados en la zona.

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