Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
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lunes, 27 de abril de 2015

De Románico, cine y nacionalismo culinario.

Todo el mundo de la parte occidental de Las Merindades ha oído hablas de la Olla Ferroviaria. Usada desde León a Bilbao a lo largo, y es un largo muy largo, de la línea de "La Robla". ¿No les suena así? Quizá mejor como puchera ferroviaria. Palabra puramente latina que proviene de Puls, unas gachas de harina para los pobres, y que podemos ver escrita como "putxera" en Valmaseda. Esta ciudad organiza por San Severino una fiesta de ollas ferroviarias y se arroga su origen y difusión. 


Mariano Alonso y primitivo Merino (Arija.org)

Por lo menos así lo resaltan numerosa páginas de la internet (que la catalogan como invento vasco) sin tener en cuenta que lo mismo dicen en Mataporquera (Cantabria) donde está el Centro de Interpretación del Ferrocarril de La Robra y que celebra su fiesta de la olla el 16 de julio. Sin contar con las fiestas de la olla ferroviaria de Maliaño, Reinosa (día de San Sebastián) o Cistierna (día de San Fernando).

 

El Centro de Interpretación informa que fue el jefe de "hojalatería", Esteban García Martínez, quien tras varios prototipos dio con el definitivo modelo en 1915. Fue utilizada por cuatro o cinco mozos de tren de Mataporquera (Florencio, Eugenio, Damián y algún otro) durante un tiempo, hasta aproximadamente el año 1935. Esta olla carecía de puchero y estaba hecha toda ella de chapa de hojalata, de una capacidad de dos litros, cilíndrica, con la chimenea en el centro y el fuego se hacía en el interior de la chimenea cociendo la comida alrededor de la misma.


Olla Ferroviaria (Centro de interpretación de La Robla en Mataporquera)

 

La Olla Ferroviaria es tanto un plato como un tipo de cocina que nace a causa de los largos viajes que hacían los trabajadores de "La Robla" (jornadas de entre 10 y 16 horas) y a la dureza de la climatología del sur de la Cordillera Cantábrica que exigía una cocina nutritiva y potente. Podríamos decir, generalizando, que los creadores de todo el ingenio fueron los maquinistas y fogoneros, que ingeniaron un sistema para cocinar con el calor de la locomotora. Sin olvidar el saber hacer de los obreros de los talleres de la compañía en Cistierna y Valmaseda. Como hemos dejado caer más arriba, no fue un desarrollo sencillo: Al principio probaron a conectar un tubo desde el serpentín de la locomotora hasta una vasija, donde conseguían preparar unos excelentes cocidos al vapor.

 

Los maquinistas y fogoneros que cada mañana salían de Cistierna y de Valmaseda, haciendo trenes de mercancías hasta Mataporquera, conectaban la olla al vapor de la locomotora a la salida del tren para que durante la marcha se fuese cociendo la comida del mediodía. Cuando ya estaba cocida, la desconectaban del vapor y llegada la hora de comer volcaban el contenido en una cazuela de barro. Comían la pareja, maquinista y fogonero, mano a mano de ella, bien durante la marcha del tren, o a tren parado sentados en el suelo al lado de la locomotora en alguna estación intermedia, aprovechando que el tren hacia parada prolongada esperando el cruzamiento con otro en sentido contrario o cuando el tren llegaba a su destino en Mataporquera.


 

Recordemos que las parejas de tracción de los trenes correos num. 1 de León a Bilbao y num. 2 de Bilbao a León, comían la olla a diario en Mataporquera, sentados a la mesa del cuarto de agentes, aprovechando la parada de 40 minutos que tenia cada uno de los trenes grafiados (para dar tiempo a la comida de los viajeros en la fonda de la estación).


 

Los que salían en los mercancías de la tarde, también conectaba la olla para que durante el trayecto se le fuese cocinado la cena y que a la llegada a Mataporquera estuviese ya preparada. Por lo regular, los maquinistas y fogoneros preparaban todos los días la comida del mediodía a base de cocido de legumbres con carne, chorizo, tocino, etc. y para la cena ponían patatas guisadas con carne.

 

E, incluso, se ideó un método para comer chuletas y chuletones que se denominaba "a la pala" donde bastaba con untar la carne con grasa y sobre la pala con la que se echaba carbón en la caldera de la máquina acercarla al fuego.

 

Con el tiempo se avanzó, como con los trenes, en la sofisticación del invento: el carbón sustituyó al vapor y la cocción lenta en la cola del tren se impuso sin discusión. Por cierto, para que los compañeros de los talleres hicieran las ollas ferroviarias los interesados debían llevar el puchero del interior.

 

En un rincón del convoy viajaba esta carcasa de chapa de hojalata de tres patas, con un agujero en el fondo para dejar salir el vapor de agua y que contenía el puchero. Dentro de este, hecho de porcelana esmaltada o barro, se cocinaba lo que el gusto de los ferroviarios hubiese decidido y, además, calentaban el habitáculo del furgón de cola, donde viajaba el guardafrenos. La olla de carbón vegetal se empleó a diario en los correos de León a Bilbao y de Bilbao a León, por el guardafrenos de detalle y el mozo de cola, entre los años 1.940 a 1.980. Todos los días cuando el tren salía de León y de Bilbao, sobre las nueve de la mañana, prendía fuego a la olla para que se hiciese la comida para los dos agentes. A veces también participaba el jefe de tren y algún viajero invitado.


Sor citroén

 

Cuando el cocido estaba hecho, sobre las trece horas, generalmente en la parada de Las Rozas y de Vado-Cervera pasaban los comensales al furgón. Sentados sobre arquillas o bultos del porte comían todos ellos mano a mano o “cuchara y paso atrás” en la cazuela de barro. Imagínense: Mientras el tren traquetea por la ruta la mayor parte del personal de a bordo comían el fuerte potaje. Seguramente, tras el ágape tomarían un café y un orujo aprovechando una parada para carga y descarga.

 

La Olla ferroviaria fue usada por los guardafrenos de los correos, los agentes de los trenes de mercancías y también por el personal suplementario de estaciones (jefes de estación, factores autorizados, factores y guardagujas) cuando debían trabajar fuera de sus lugares de residencia.


 

En estos más que habituales casos existía, como dicen ahora, un protocolo de actuación: Para la cena, que se hacía en compañía, se encargaban de los ingredientes y de prepararla en la cocina del cuarto de agentes el que llegaba en el primer tren. En los trenes correo, los ingredientes los ponía para los dos el guardafrenos (en el de León a Bilbao) y el mozo de cola en el de Bilbao a León.

 

El  paso del tiempo, la jubilación de los agentes antiguos, la desaparición de las máquinas de carbón, la generalización del vehículo privado y los horarios más humanos llevó a la desaparición funcional de la olla ferroviaria.


El románico y el tren de La Robla

 

Este tren ha salido en varias películas y documentales. Peridis lo definió como el tren del románico al pasar por poblaciones que se caracterizan por poseer templos de este estilo y la propia RENFE lo utiliza como reclamo de la línea.

 

En la gran pantalla aparece, al menos, en:

 

"Cuerda de presos" de Pedro Lazaga (1955): Una injustamente olvidada película donde dos Guardias Civiles, como remedo de Quijote y Sancho, llevan un preso desde León a Vitoria para su juicio.

"Sor Citroën" de Pedro Lazaga (1967) donde el padre de la monja es el Jefe de estación de La robla. Si quieren verla pinchen.

"Luna de lobos" de Julio Suarez (1987) donde una escena se hace en Cistierna.

"A galope tendido" de Julio Suarez (2000)donde una buena parte de la película fluye en este ferrocarril.

 

Buen Provecho.


 

 

Bibliografía:

 

"Bertan Bilbo. La Villa y el euskera: historia social del siglo XX"

Artículo de Arturo Sánchez Ojanguren

"BREVE HISTORIA DEL FERROCARRIL EN EL PAÍS VASCO" Juanjo Olaizola Elordi.

"El Ferrocarril de La Robla (1894-1972): semblanza del Hullero". José Ramón Suárez

"Ferrocarril y Territorio; el centenario del ferrocarril de La Robla" Eria 1994.

Diario oficial de avisos de Madrid.

"Gaceta de los caminos de hierro"

"Historia de la olla ferroviaria" por Julio García García, ferroviario de "La Robla".

Periódico "La Época"

Gaceta de Madrid

Periódico "La Monarquía"

ABUAF

Valoración del Patrimonio Rural de la Obra Pública.

Manolo Serrano.

Tecnología Obsoleta.

Vacarizu.es

Ezagutu Barakaldo

Arija.org

Ferropedia.es

Historias del tren

Naturmendi

El Mule Carajonero

Ferrocarriles de España.

Ventas ollas ferroviarias

Putxeras.es

 

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