Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


sábado, 31 de octubre de 2015

La víspera de todos los santos o All Hallows' Eve. Vamos, el halloween (léase jalogüín).

Si están pensando que esto no tiene nada que ver con Las Merindades, pues, tienen razón. La costumbre que tenemos todos en mente es una curiosidad importada de los EEUU del norte de Norteamérica.


Pero todo esto surge de una tradición celta de culto a los espíritus y que daba inicio a su año nuevo. La romanización lo asoció a la fiesta de la cosecha en honor a Pomona y el cristianismo la convirtió en la fiesta de Todos los Santos. Después, el santo a América.

Por una parte, arraigó en EEUU gracias, principalmente, a los emigrantes de la católica Irlanda que consiguieron su aceptación entre los diferentes grupos del Melting Pot norteamericano. Y con la expansión por el mundo del "american way of live" nos llega, nuevamente, a Europa pero como fiesta infantil de brujas y trasgos.

Por otra parte, entronca con la tradición prehispánica de México -y la costumbre indígena de los muertos que regresan del Mictlán- y su mezcla con la fiesta de Todos los Santos llevada por los conquistadores castellanos.


Ambas vías crearon sus recursos estéticos y sus dulces... igual que ocurrió en las tierras de España con sus huesos de santo y sus buñuelos... Y las visitas a los cementerios.

Pero no es este el tema, solo la introducción y la justificación. O sí lo es, porque nos asomaremos al reglamento de cementerios de Villarcayo del año 1902. Así, en plural porque había cementerio civil y cementerio religioso. ¡Eso sí que es de miedo!

El "negociado de enterramientos" tenía dos cabezas, civil y religiosa. El ayuntamiento se encargaba de: tarifas, pompas, conducción de cadáveres y gobierno del cementerio; distribución en zonas y plantaciones y la enajenación de terrenos y sepulturas; cubrir los gastos de conservación y reparación; y nombrar y pagar al personal. La iglesia solo decidía a quién se enterraba. De hecho, había dos llaves que custodiaban el Alcalde y el Cura párroco o ecónomo. En 1902 era alcalde Avelino Alonso de Porres y párroco Juan Diez.

Entrada cementerio de San roque de Villarcayo

El reglamento desgranaba lo que ocurría cuando se producía el "doloroso desenlace" y el Sepulturero recibía el cadáver y la papeleta expedida por el Cura - y llevada por la familia- en que se acreditaba el abono de las tasas eclesiásticas, la licencia del Alcalde con la categoría del enterramiento y la autorización del Juez municipal como encargado del Registro civil. Si era muerte violenta, se añadía la orden de enterramiento del Juez del partido. Sin ellos: insepulto.

El enterrador era parte importante en los pasos para dar tierra a un difunto. Determinaba el sitio donde sepultar los cadáveres de muerte violenta, por si debían exhumarse, y pasaban los datos a la Secretaría municipal.

Llegados a este punto, y cumplidas las horas, el proceso de enterramiento iba cubriendo los tradicionales rituales: Con el cortejo fúnebre en el cementerio, el finado era llevado a la mesa de recepción del obligatorio ataúd donde se abría y se decían las preces encargadas por las familias, terminadas estas se le daba sepultura o se le dejaba 24 h de espera legal bajo la custodia del enterrador para evitar enterrar a gente viva. Mientras se le daba tierra los acompañantes al cortejo fúnebre podían permanecer al lado de la sepultura hasta que se cubriese de tierra. Para vigilar (lo dice el reglamento).

Lateral de la ermita de San Roque, zona de enterramientos VIP

Quisiera destacar un artículo: "Art. 42. Los cadáveres serán cubiertos con una capa de cal viva, ó de otra sustancia á elección de la Comisión, para neutralizar los gases que se desprenden de la descomposición. Se exceptúan de esta disposición los cadáveres que hayan sido embalsamados ó colocados en caja de zinc soldada ó cerrada herméticamente". ¿Duro?

En el cementerio civil (¿Cual? ¿Dónde?) se observarían las mismas reglas administrativas e higiénicas que en el católico, no cumpliéndose las ceremonias religiosas. Sería de formas regulares, decentemente arreglado y las llaves estarían en poder de la autoridad civil. Los cadáveres serían acompañados del sepulturero y el séquito fúnebre que la haya conducido. Era para los herejes, ateos y todo aquel que no fuese católico.

Tras finalizar el entierro los interesados podían recoger un recibo donde se detallaba la zona donde quedaba la tumba.

Pero constatemos que el dinero no era problema porque los pobres y los desconocidos o no reclamados serán inhumados gratuitamente en "zonas especiales".

Vista desde el derribado muro del fondo

Las "zonas no especiales" se ajustaban a la división en cuarteles del camposanto para las diferentes clases de sepulturas. Así alrededor de la Ermita de San Roque para panteones de primera clase. En otro cuartel, enfrente y al lado opuesto de la calle, teníamos "La Gloria" para sepulturas infantiles de segunda y tercera clase. Entre la calle y la pared del viento Norte, en la parte central del Cementerio, están los enterramientos de personas con carácter eclesiástico y religioso que no sean de clausura y que debían ser decorosas y de extensión suficiente. Y, es que, con arreglo a las prescripciones de la Iglesia debían enterrarse con separación de los demás fieles porque hasta en la muerte hay distinciones. Seguido y lindante con la pared del viento Oeste y por Este con la calle, ocupando un terreno de ocho metros para los fetos no bautizados. En la misma dirección, y hasta formar línea recta con la pared del depósito y Sacristía de la Ermita, para los enterramientos de caridad. Las urnas cinerarias estarían en la misma posición que los dos anteriores hasta la pared de la fachada principal.

¿Algo más ? ¡Claro! No podemos olvidarnos del Osario. Allí se tiran los restos que se extraen de las exhumaciones. Si no recuerdo mal se encontraba al fondo, en la esquina más cercana a la actual estación de autobuses.

Volvamos sobre los mausoleos. La normativa indicaba que en ellos podrían inhumarse tantos cadáveres como cupiesen, siendo potestativo de sus propietarios dejar indefinidamente los cadáveres o exhumarlos, trascurrido el plazo legal, colocando los restos en una urna cineraria. Los mausoleos debían tener espacio para construir escalera y colocar urnas cinerarias. Estaban sujetos a las reglas que fijase la comisión respecto a ventilación, altura y decoro (¡¿decoro?!).


Las sepulturas de tipo familiar podían ser "Romanas" y su ejecución debía ser al descubierto, midiendo 2`00m x 0`80m x 1`50m (Largo x ancho x Profundo) con capacidad para el depósito de tres cadáveres de la misma familia, el exceso debían convertirse en cenizas. Una puntualización, las de los niños -máximo tres y menores de siete años- tendrían un 1`12m x 0`70m x 1`00 m. Para mantenimiento se dejaba una línea de separación de sesenta centímetros. La construcción, claro, a cuenta de los propietarios... ¡Y eran heredables!

Los "otros" también tenían sus dimensiones y así en cada una de las sepulturas que se hiciesen al descubierto en el centro, o en fosa común, tendrían unas dimensiones de 2`00m x 0`60m x 1`00m, y solo servirá cada una para depósito de un cadáver. Igualmente, las sepulturas para párvulos serán de 1`30m x 0`40m x 0`80m, y en ellas tampoco se depositaría más de un cadáver.

Y después, ¿qué? El cielo o el infierno. Pero no estoy hablando del alma -supongo que de los enterrados en el cementerio católico- sino del cuerpo, la carcasa putrefacta y mortal. Bueno, pues en ningún caso se podía llevar a cabo las mondas o limpias generales siendo solo posible las parciales referidas a los cadáveres con más de cinco años de enterramiento cuya fosa debía ser reutilizada. Los restos de féretros, mortajas o ropas recogidas en este proceso, se quemaban, o enterraban, en un sitio apartado del Cementerio. Si se tratará de exhumar el cadáver de alguno que hubiese recibido muerte violenta, se exigirá la orden de la autoridad judicial.


Cuando la sepultura era de "alquiler", enterramiento temporal, los cadáveres eran exhumados y depositados en el Osario trascurridos cinco años. Claro que si las familias lo preferían podían optar por que se incinerasen los restos y depositarlos en una urna cineraria a su coste, claro.

El Sepulturero era el encargado de que dentro del cementerio no se faltase al decoro (y dale), impedir la entrada de carruajes, perros u otros animales, echar a los profanadores y denunciarlo ante el Alcalde, y de extra, supongo, consta el hacer de jardinero.

Aunque no crean, cualquiera podía hacer de jardinero en su tumba, quiero decir en la tumba del ser cercano, pero sobre el perímetro de la sepultura y con "plantas ó arbustos de fúnebre significación". Y, por supuesto, hubiéramos visto losas y cruces sobre las tumbas y verjas de hierro alrededor de algunas pero todas ellas sujetas a las disposiciones del reglamento.

¿Falta algo? Sí. Josep Pla, deslumbrado por las luces de Nueva York, preguntó: “I això, qui ho paga?” El reglamento incluía precios y concreciones.




Que disfruten de la noche de Haloween y del día de Todos los Santos.


Bibliografía:

Reglamento para la administración, cuidado y conservación de los cementerios municipales de la villa de Villarcayo (año de 1902)


domingo, 25 de octubre de 2015

"El reino del Norte" de José Javier esparza

Hoy hablaremos de una novela que lleva algún tiempo en el mercado. Es de José Javier Esparza y se titula "El reino del norte" y va, como podemos suponer, de los primeros tiempos de la reconquista.

El autor de "La gran aventura del reino de Asturias" pone nuevamente los conocimientos acumulados en sus otras obras al servicio de esta. La sinopsis promocional nos fija los aspectos destacados del lugar y los personajes sin revelar la trama:

Portada de "El reino del norte"

"Una intriga de ambición, amor y muerte en la Asturias del siglo IX Oviedo, Anno Domini 842. La reconquista pende de un hilo. Negras amenazas se ciernen sobre el Reino de Asturias. El rey Alfonso II, en su lecho de muerte, ha designado heredero al noble Ramiro. Pero una importante facción de la aristocracia conspira contra el elegido: el magnate Nepociano, viejo disidente, vuelve de su destierro y encabeza un golpe de estado. El emir de Córdoba, Abderramán II, bendice la operación; ignora el moro que bajo sus mismas narices se trama otra conspiración de largo alcance. Mientras tanto, el caballero Hernán de Mena cruza las desiertas soledades de la frontera para encontrar a la castellana Paterna, la mujer que Ramiro ha escogido como esposa. Hablarán los corazones y hablarán las armas. El Reino del Norte novela un episodio verídico de los inicios de la Reconquista: el golpe palaciego contra Ramiro y la batalla de Cornellana, donde el reino de Asturias se jugó literalmente su destino. En la estela del éxito de "El caballero del Jabalí Blanco", Esparza pone de nuevo en movimiento las esperanzas, pasiones, intrigas y ambiciones de los españoles de la alta Edad Media en una trepidante trama que atrapa al lector y le traslada al tiempo en el que todo comenzó".

Así presentado la cosa promete. Pero eso es lo que se quiere con la solapa del libro: que lo compremos. Si han leído "El caballero del jabalí blanco" ya saben que tienen entre manos una obra ambientada en un periodo poco trabajado por los escritores españoles, quizá por pereza o por desconocimiento, tanto de los autores como de los lectores. Estos pueden carecer de muchas de las claves de una época someramente presentada en los planes escolares. No lo duden: venden más las tramas de la Monarquía Hispánica, tercios y esas cosas.

Este blog visitó para ustedes este periodo el 7 de marzo de 2013. Si lo desean leer nuevamente PINCHEN AQUÍ y luego continúen con la crítica literaria. ¿Ya? Sigamos, entonces. El libro es la lucha entre una visión de quienes quieren pactar con Córdoba, encabezados por Nepociano y los que quieren luchar a toda costa, que se agrupan con Ramiro. Ambos tendrán derecho, en cierto modo, a ser sucesores de Alfonso II el Casto. Y, por otro lado, la pelea por el poder dentro del harem del califa cordobés. El libro salta de una trama a otra manteniendo la línea temporal y permitiendo al lector ver el cuadro completo.

Esparza ya ha demostrado su capacidad para la descripción detallada de lugares y situaciones. Sentiremos la lucha de poder entre clero y rey, los problemas de la plebe, los movimientos culturales ,el comercio... No solo eso sino que se adjuntan las necesarias explicaciones históricas y croquis.

José Javier Esparza

Los personajes están trabajados y son psicológicamente ambiguos. No tenemos una propuesta maniquea con "castellanos buenos" y "moros malos" o lo contrario. Más aún, si hay algo que une a todos es su pragmatismo ante la realidad. Con ellos conoceremos la forma de relacionarse las personas y estas con Dios. Esfuerzo añadido el dotar de credibilidad a personajes, la mayoría, cimentados sobre individuos reales que deben pensar y actuar como personas del año 800 y no como reflejos nuestros en el pasado. Podríamos decir que la novela se ajusta a la historia y que, solamente, rellena los huecos de las siempre escuetas crónicas.

Destaquemos a Nuño de Cigüenza que es presentado como un típico señor de frontera con su mesnada de campesinos soldados. Será el padre de Paterna y de un muchacho llamado Rodrigo. Será este el que salga al paso de Hernán de Mena cuando avance por el valle del Nela hacia Cigüenza:

"El horizonte cambiaba al pasar las sierras, a favor de los barrancos que vierten sus aguas en el Nela. Aquí la aspereza del paisaje amainaba y en su lugar aparecían suaves laderas y verdes llanos que reclamaban la mano del hombre. el rumor lejano de los cencerros de las reses anunciaban vida civilizada. Y un poco más adelante, apenas un par de leguas, empezaba a verse la huella de la repoblación: campos limpios y ordenados, cercas y setos, agrestes chozos de pastor, alguna columna de humo y, al fin, la breve silueta, chaparra y ancha, de una rústica iglesia. Habían llegado a Cigüenza."

Podría llegar a decirse que José Javier Esparza se ha recorrido Las Merindades para documentarse. Incluso nos deleita a los lugareños con otras bonitas descripciones como esta del Valle de Manzanedo:

"El valle era una explosión de promesas. La primavera se enseñoreaba del paisaje y una vida nueva se anunciaba en los sonidos de aquellos abigarrados bosques de robles, encinas, hayas, tejos, bojes, madroños; bajo la sombra de las águilas que, majestuosas, describían misteriosos signos en el aire, y en el inconfundible himno del urogallo en celo. Aquí y allá, como arrojados por la mano caprichosa de Dios, se erguían megalitos de edades remotas que hablaban el turbador idioma de los viejos espíritus, y en un paraje a orillas del río (Ebro), aprovechando la ductilidad de la roca arenisca, a favor de una pendiente donde la piedra se derramaba como si algún día hubiera sido líquida, pías manos habían escavado una iglesia rupestre dedicada a San Pedro (de Argés). Una solitaria columna sostenía el pórtico natural abierto en la montaña. En su interior huecos excavados sobre la roca hacían la función de altares y hornacinas, y el vientre cóncavo del monte se ofrecía como bóveda vestida con pinturas de vivo color. Los viajeros se detuvieron apenas el tiempo de una breve oración".

Hay alguna más pero eso deberán ustedes descubrirlo.

Mapa del libro

Es una obra fácil de leer, con un estilo ágil y fresco, lejano a frases de verbo complicado. Peca, eso sí, de tener varios falsos finales que desconciertan y llevan a sentir que avanza a trompicones. Así podríamos tener tres partes:

  • Muerte de Alfonso y designación de Ramiro. Aquí aparece Hernán de Mena, el segundo caballero del jabalí Blanco, que deberá llevar a Oviedo al nuevo rey. Mientras, desde la oscuridad acecha un conocido de los lectores de "El caballero del Jabalí blanco": Nepociano que con intrigas palaciegas -y el dinero de Córdoba- se encumbra cerca del trono vacante.
  • La batalla de Cornellana con la coronación de Ramiro y su boda. Por cierto, lucha muy bien relatada donde devoramos cada página con miedo a la muerte de alguno de los personajes literarios.
  • El fin de Nepociano, que no el fin de las tensiones que creó el personaje que se dejan para una tercera novela del ciclo del "jabalí blanco". Lo mismo ocurre con la trama cordobesa.
  •  

Sobre el estilo literario de esta novela dispuesta en 20 capítulos que recorre la línea temporal sin flashbacks ni evocaciones a la anterior novela fuera de las lógicas referencias vitales de algunos personajes. Dentro de cada capítulo se salta de un grupo de personajes a otro, lo que, tras las primeras páginas, nos delimita las líneas argumentales, las visiones, de la obra: Ramiro Bermúdez y Hernán de Mena, Nepociano y Jimena, el eunuco y la preferida y Abderramán II.

Ya solo queda desearles que disfruten con su lectura.


domingo, 18 de octubre de 2015

Juan de Garay, nacer es un accidente involuntario...

Nuestro héroe del día es el hijodalgo Don Juan de Garay. En algunas publicaciones, marcando resaltar un posible origen de su familia, figurará como Juan de Garay Ochandiano Mendieta Zárate. Juan, posiblemente - o ciertamente- nació en Villalba de Losa hacia 1528 por eso de que abarca el día de San Juan (entre diciembre de 1527 y enero de 1529) y será el fundador de Santa Fe y de Buenos Aires. De hecho, Argentina, mediante el ayuntamiento de la capital federal, le erigió una estatua en bronce sobre pedestal de granito Sueco, inaugurado el día 11 de junio del año 1915.

Clásico "retrato" de Juan de Garay

Si navegamos por la red y por las obras escritas sobre su vida nos encontraremos que este caballero ha nacido en dos lugares distintos: Villalba de Losa u Orduña. La primera en Las Merindades (Burgos) y la segunda en Vizcaya. No sería muy grave la imprecisión (unas 5 horas andando y quince kilómetros) si no fuese por la política. El Nacionalismo vasco lo airea como vizcaíno, luego vascón, luego... ¿euskaldún?

Más cierto es que las posibles zonas donde nació serían más que afines culturalmente (la zona de Orduña tendría menos que ver con Durango, o Guipúzcoa, que con Losa) y, además, resulta absurdo trasladar al pasado las líneas administrativas fijadas en el primer tercio del siglo XIX o nuestra experiencia presente.

Ambas partes presentan diversos argumentos para afianzar su postura ¡cómo no! pero a esta bitácora le resultan más cercanos los que le definen como hijo de Las Merindades. Subrayemos que, según provisión del Teniente de Gobernador D. Felipe de Cáceres del día 18 de diciembre de 1568, y según declaración prestada como testigo el año 1577 ante el Oidor D. Juan de Torres de Vera y Aragón, Juan de Garay era natural de Villalba (de Losa).

Villalba de Losa

Eloy García de Quevedo, decía en una carta abierta publicada por "Diario de Burgos" el 19 de julio de 1918: "Es cuestión esta, que se ha tratado varias veces en la prensa de Bilbao y en la de Burgos, en artículos suscritos por D. Félix Cecilia, por mi, y por otras personas. Yo no sé que se haya hallado un solo documento demostrativo de que Juan de Garay naciese en el Señorío de Vizcaya; en cambio sé, que don Eduardo Madero, en su Historia del Puerto de Buenos Aires, demuestra que nació en la provincia de Burgos, en Villalba de Losa".

Pocos años después, en ocasión de unos Juegos Florales organizados en la República Argentina, el Excmo. Ayuntamiento de Burgos, a propuesta del Capitular D. Leandro Gómez de Cadiñanos, en sesión del día 16 de mayo de 1923, tomó el acuerdo de premiar el mejor trabajo comprobando el origen burgalés de Juan de Garay.

Otro argumento pro Las Merindades es la misión que llevó a Villalba de Losa a Ángel Justiniano Carranza, Auditor general de Marina de la República Argentina, para colocar una lápida conmemorativa y perpetuar el nombre de Juan de Garay en la iglesia del pueblo de su nacimiento.

Dicha lápida fue colocada el día 3 de marzo de 1893 y ostenta la siguiente inscripción:

CONSAGRADA A LA MEMORIA DEL GENERAL DON JUAN DE GARAY, NATURAL DE VILLALBA DE LOSA, FUNDADOR DE LAS CIUDADES DE SANTA FE DE LA VERA CRUZ Y BUENOS AIRES, EN EL RIO DE LA PLATA. 1528-1583. LA COLOCO PERSONALMENTE, EN NOMBRE DE LA REPUBLICA ARGENTINA, SU DELEGADO AL CONGRESO INTERNACIONAL DE LA RABIDA Y FIESTAS DEL CUARTO CENTENARIO DEL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA. MDCCCLXLII.


El "Diario de Burgos" publicaba el 9 de Marzo de 1893 una reseña sobre la colocación de esa placa: "En honor de un hombre ilustre. Los lectores de este popular periódico, verán seguramente con gusto la modesta reseña que le envio, de una solemnidad celebrada el día 3 del actual, en esta villa, con objeto de honrar la memoria del ilustre general D. Juan de Garay, fundador de las ciudades de Santa Fe de la Vera Cruz y Buenos Aires. Quizá muchas personas ignoren, que en este apartado rincón de la provincia de Burgos, vino al mundo el fundador de población tan importante como la capital de la República Argentina, a la que generalmente se llama en América, la Nueva York del Sur; y si siempre es grato contribuír, a propagar la gloria de los grandes hombres, lo es hoy doblemente para mi, por haber tomado parte en la ceremonia de que voy a hablar, y porque ésta redunda en pro de nuestra querida provincia. El Excmo. Sr. D. Angel Justiniano Carranza, Auditor General de Marina de la República Argentina, y Delegado especial para las fiestas del centenario, traía de su patria el honroso encargo de colocar una lápida conmemorativa, que perpetuase el nombre del general Garay, y el día 3 del actual, se llevó a cabo el solemne acto. Después de algunos momentos de descanso, el Cura párroco don Juan Zatón Robledo, celebró una solemne Misa, diaconada por los señores D. Remigio Ruiz de la Peña y D. Domingo Rebollo, curas de los inmediatos pueblos de Berberana y Mambliga, pronunciando breve pero elocuente discurso el Sr. D. Hermenegildo Vidaurreta, Capellán del Regimiento de Africa, quien con frases de entusiasmo patrio, recordó los campeones combates y hechos memorables de nuestra historia. Concluida la Misa, se fijó en el costado derecho del interior de la iglesia, la lápida que ostenta, en letra encarnada la inscripción siguiente: (Ver arriba) En la parte superior de la lápida, hay grabadas una espada, una palmera, una estrella y una cruz. Levantóse la correspondiente acta, que firmaron todos los concurrentes, llevándose el original D. Angel Justiniano, y se sacaron dos copias para ser archivadas en el Ayuntamiento y parroquia de la villa".

La atribución como vizcaíno parece ser de este último siglo, coincidiendo con el ascenso del nacionalismo vasco y el peso económico de Vizcaya. Ya en 1951 se le define como vizcaíno al conmemorar el Banco de Vizcaya el cincuentenario de su fundación y publicar en la Revista Financiera de Vizcaya un fotograbado, que describe así: "Fundación de Buenos Aires por el vizcaíno Juan de Garay".

La versión que apoya a Orduña como el lugar de nacimiento de Garay dice que el día 7 de octubre de 1535, debido a un fuerte incendio de esta localidad, la familia de Garay debió trasladarse al vecino pueblo de Villalba de Losa en donde su tío Pedro y su esposa Catalina Uribe y Salazar eran propietarios de otras casas, ya que su palacio en aquella ciudad se había incendiado.

Luego la familia Garay vivía en una casa dentro de la zona incendiada de Orduña, como sus tíos, y se trasladan todos al valle de Losa. O que los padres de Juan fallecen en el incendio y el chico marcha con sus tíos. O que no fallecen y, simplemente, se desprenden -o ya se habían desprendido- del muchacho al ser una carga en una familia de pocos recursos y esta entrega significase un futuro más halagüeño para el chico.

José Moreno Carbonero: "Boceto de la fundación de Buenos Aires"

¿Qué decir? En ninguna carta o declaración del fundados de Buenos Aires consta alusión a sus padres o a un hogar en Vizcaya. Chocante porque nadie en esa época se frenaba, cuando presentaba solicitudes de mercedes o de prebendas, con la exaltación de los servicios de sus antepasados. Cierto es que tampoco Juan de Garay se reprime, pero lo hace referido a los Zárate de Lima. En su carta al rey, Santa Fe 20 de abril de 1582, manifiesta que entre los deudos de su majestad "se señaló el licenciado Zarate, cuyo sobrino soy, primer oidor de la ciudad de los reyes, que vino con el virrey Blasco Núñez Vela, y me trajo consigo de edad de trece o catorce años...". No solo no menta a sus padres sino que no procura la fortuna de pariente alguno en su terruño, ni Villalba de Losa ni Orduña, ¿muertos? ¿rencor por desarraigo?

Paul Groussac indagará sobre estas anomalías conjeturando si esa familiaridad tío-sobrino no fuese la de pariente carnal sino la aplicación de un viejo uso castellano de llamar "tío" o "tía" a cualquier pariente transversal mayor. Así Juan de Garay estaría acogido por el licenciado que se lo lleva, como un familiar más, a la aventura americana. Este punto afectaría al argumento de que como todos los parientes conocidos de Juan de Garay son de Orduña este tiene que serlo también. Por favor, miren en su entorno familiar para ver si todos sus parientes proceden de un mismo lugar. Sobre todo en casos de límites provinciales próximos.

No podemos olvidar que Luciano Huidobro localizó en el Archivo Diocesano las siguientes notas: "Es grande, pero baja, la cerca del castillo de Villalba de Losa; muy importante para la historia, por haber nacido en él Juan de Garay, cuando su padre era Alcaide de la fortaleza". En otra, referente a Burgos, agrega: "Martin de Garay y su mujer, aparecen en la relación parroquial de la Iglesia Mayor o Catedral", y finalmente: "Isabel Fernández (viuda de Garay) y sus hijos Pedro, Andrés y Casilda, figuran entre los vecinos de la parroquia de San Esteban en el año 1564".

Monumento a Juan de Garay (Buenos Aires)

Esto choca con los datos contenidos en la obra "Juan de Garay y su descendencia" (2007) de Alejandro Moyano Aliaga financiado por la fundación Vasco-Argentina que dice que fue hijo de Clemente López de Ochandiano y Hunciano y de Lucía de Mendieta y Zárate. Y que su madre se volverá a casar con Martín de Garay que lo reconoce como hijo (¿?) y le apellida. Bueno, el libro indica que fue violada por Clemente.

Una obra editada en Buenos Aires por D. Manuel M. Cervera, el año 1911, le hace vizcaíno, nacido en Bilbao o en la Merindad de Durango, e incluso presenta argumentos para una supuesta descendencia de Badajoz, y también de una familia noble y rica de Valladolid. Lo que sí sabemos es que Juan de Garay asegura en una declaración testimonial haber nacido en Villalba de Losa. Aun así, Cervera, se aferra al testimonio que dice que es "Vizcaíno según referencia de su hija Jerónima, (y que) nos queda la duda a que pueblo de Villalba se refiere, pues hay dos, uno sobre la frontera de Burgos y Álava y otro en los límites de las provincias de Rioja y Vizcaya (¿? Querría decir La Rioja hacia Álava). A más, en el título dado por Felipe de Cáceres a Garay, se dice: Natural de Sosa (Valle) en España, y Sosa, es lugar en Huesca, salvo que haya un error y en lugar de Sosa, sea Losa". Esto último, según Groussac, es un lapsus según se infiere por el resto del texto de diciembre de 1568.

Enrique de Gandía dice que Juan de Garay es de Orduña y que cuando se definía como natural de Villalba de Losa no quería decir que había nacido allí. ¡¿El propio Juan se decía de Losa pero no sabía lo que decía?!


Pero los postulantes de Orduña tienen un argumento para justificar que Juan fuese ciertamente de Losa y a su vez vizcaíno: Que losa formó parte de la hermandad de Álava durante un tiempo y que esa fuese la causa de que su hija lo llamase vizcaíno.

Monumento a Juan de Garay (actual)

El tema lo redondea para Cisneros, en su obra "Juan de Garay y su retrato", la falta de fe de bautismo. No la encontrarán ni en Villalba de Losa, ni en Orduña, ni en Burgos, ni en Bilbao, ni en lugar alguno. ¿Por qué? Pues porque aunque este investigador dice que "la jurisdicción eclesiástica de Vizcaya pertenecía en el siglo XVI al obispado de Calahorra, y sería necesario buscar allí, o en otra parte, esta fe de bautismo" debemos saber que los libros parroquiales para registro de partidas de nacimiento, fue una innovación del Cardenal Cisneros que empezó a generalizarse a mediados del siglo XVI. Y no olviden el incendio de Orduña que pudo hacer desaparecer cualquier posible papel. O la guerra de la independencia que eliminó muchos registros antiguos.

Bueno, oficialmente estos libros nacen a raíz del Concilio de Trento (1545-1563) que estableció la obligatoriedad para todos los párrocos y vicarios de anotar y custodiar todos los libros de la impartición de los sacramentos del bautismo y el matrimonio, de las defunciones y del cumplimiento pascual. Disposiciones con rango de ley a raíz de la Real Cédula de 12 de julio de 1564 dada por Felipe II. Aunque, unos años antes se produjeron unos tímidos intentos de normalizar el uso de los registros sacramentales y de la creación de los primeros archivos parroquiales poco exitosa. Así, el Concilio Provincial de Tarragona (1360) dispuso el que en las parroquias se debían llevar y conservar estos registros; mientras que en el Sínodo de Oviedo (1377) se exhortaba a los párrocos a llevar el listado de sus parroquianos, el status animarum. En otros concilios posteriores se incidía especialmente en el registro de los bautizados, como es el caso del de Talavera, convocado por el cardenal Cisneros en el 1483 o el de Gerona, celebrado bajo el auspicio del Obispo Berenguer, en el año 1502.

Lo chusco llega cuando Manuel M. Cervera recurre a un retrato de Garay en el que ve el rostro de un vascongado, con el pelo al rape y barba entera, que era uso general en la segunda mitad del XVI. Este es un asunto que lleva a dudar de los argumentos generales de la obra y a constatar la confusión entre origen, llamémosle "étnico", entorno cultural y lugar de nacimiento.


Muchos de los apellidos vascos tienen un origen geográfico -los vecinos de una zona adoptan como apellido el nombre del lugar, nada extraño por otra parte- y, por ello, podríamos llegar a desandar un linaje hasta su posible lugar primigenio. Situación que da alas a la hipótesis orduñesa de Juan de Garay al existir un caserío Garay en ese territorio vizcaíno. Claro que el que nació allí podría haber sido su padre y nuestro Juan haber mantenido el apellido.

Y sobre apellidos debemos decir que cada uno escogía el suyo. No nos sirven para una vinculación directa. Por volver con los Zárate, de don Pedro, vemos que la familia estaba compuesta por Pedro Ortiz de Zárate, su esposa Catalina Uribe y Salazar y sus hijos: Pedro Ortiz de Zárate, Ana de Salazar y Francisco de Uribe. Llevan apellidos diferentes.

Hay más obras argentinas del siglo XIX y principios del XX que avalan la versión de Las Merindades: en 1904, D. José Luis Cantilo, desde Buenos Aires, en su obra "Juan de Garay" dice que "Después de haberse estudiado concienzudamente los documentos de la época, puede afirmarse que el inmortal guerrero, nació en Villalba de Losa, provincia de Burgos; él mismo lo declaró en un solemne pleito. Agregando, que en aquel entonces tenía 54 años"; Enrique Ruiz Guiñazú, en la ciudad de Buenos Aires para recopilar los discursos de inauguración de la estatua a Garay el día 11 de junio de 1915, se citan las dos declaraciones de Garay, y de su hija Jerónima, y otra más concreta de D. Pastor S. Obligado, que dice: "Según propia declaración que el fundador de Santa Fé dio allí en 28 de enero de 1583 y reprodujo en más de un documento, declaró haber nacido en Villalba de Losa, población en lindes de la provincia de Burgos con la de Álava, a corta distancia de Orduña"; Villalba de Losa es elegida también por D. Gabriel María Vergara, en "Apuntes para la formación de una cronología americana", la Heráldica y Genealógica de Carraffa, no solo confirma el nacimiento en Villalba de Losa, sino que atribuye esta casa y la de Marquina, como descendientes del solar navarro en Tudela, por ser este mucho más antiguo, y porque el escudo usado por los descendientes de Garay, es el mismo de la casa de Tudela. Bueno, pues vale. Otros hablan de que lucía el escudo de los Ochandiano.

Localizaciones nacimiento Juan de Garay

El historiador argentino Paul Groussac participó de la idea de que era hijo del Valle de Losa. No solo eso sino que apunta una segunda línea de actuación para reforzar su postura: que Pedro Ortiz de Zárate y Verdugo - o Mendieta- sea natural del mismo lugar y que quien nació en Orduña fue su esposa. En una información de servicios del licenciado Pedro de Zárate, promovida en Lima en 1561, por su hijo homónimo para destacar la limpieza de sangre de su linaje varios testigos dejan constancia de este hecho. Uno de ellos destacó que "esto se sabe porque este testigo es natural del lugar de villano, que es de Losa, que es una legua de Villalba de Losa donde era natural el dicho Pedro de Zárate, y otra legua de la ciudad de Orduña donde era la dicha Catalina (de Salazar)".

Y no nos debemos olvidar de la opción deGordejuela.

Y, es que, nacer es un accidente involuntario...

Bibliografía:

"Mendoza y Garay. Las dos fundaciones de Buenos Aires 1536 1580" Paul Groussac.
"El burgalés don Juan de Garay" de Gonzalo Miguel de Ojeda.
"Burgos. Capitanes Insignes" de Fray Valentín de la Cruz.
"Diccionario Histórico Biográfico del Perú (tomo VIII)" Manuel de Mendiburu.
"Apuntes sobre los archivos parroquiales en España" María Sandra García Pérez.



domingo, 11 de octubre de 2015

Ordunte: el agua que no has de beber...

En Marzo de 1925 el ayuntamiento de Bilbao, presidido por Federico Moyúa y Salazar, nombró una comisión constituida por los ingenieros de Caminos Sres. José Orbegozo, Severino Bello, Pedro M. González Quijano y el abogado Juan Migoya, para que determinasen el mejor proyecto de traída de aguas para Bilbao. Una ciudad que disponía de unos 100 litros por ciudadano y cuyas necesidades aumentaban por la afluencia de población y la anexión de Deusto y Begoña.

Plano previo a la construcción del Embalse de Ordunte

Analizaron nueve proyectos: Lekubaso, Oíz, Abadiano, Indusi, Orozco, Bayas, Ordunte y Ason. El proyecto elegido fue Ordunte del ingeniero municipal Estanislao Herrán, que, mediante un gasto total de unos 30 millones de pesetas, se podrían conseguir 250 litros por habitante y día, aun cuando la población llegara a ser de 450.000 habitantes y se produjesen nuevas anexiones. Por supuesto, se estimó el asunto financieramente: un plazo de amortización de 50 años y un interés del 5% acumulado dando un monto final de 105 millones. El precio del metro cúbico serían 9 céntimos que podría triplicarse para el servicio particular.

Las aguas se toman del río Cerneja, en la cuenca del Ebro, y del río Ordunte, en la cuenca del Nervión, ambos pertenecientes a la provincia de Burgos. El proyecto incluirá un presa de 50 metros de altura que embalsarían 22.000.000 m3 de capacidad. El embalse también será burgalés y un canal de 48 kilómetros llevará el agua a la villa de Bilbao a un coste estimado de 9 céntimos de peseta.


El ayuntamiento obtuvo el plácet del gobierno del dictador Primo de Rivera plasmado en un decreto-ley publicado en la "Gaceta de Madrid" el 5 de Junio de 1926 por el que se concede hasta 1.500 litros por segundo hacia Bilbao

El 22 de octubre de 1927 el proyecto se había pasado a informe del Real Consejo de Sanidad con el ingeniero S. Gállego como ponente. Entre otros muchos datos técnicos anotar que se proyectaba una presa de perfil triangular y unos 15`25 metros de altura máxima; que del Corneja se crearía un canal de derivación principalmente descubierto con capacidad de 6.000 litros por segundo; La conducción irá hasta el monte Cobetas, sobre Bilbao, donde proyectarían un nuevo depósito de distribución y una derivación hacia el que existía en Larrasquitu. En 1928, el citado Real Consejo de Sanidad aprobaba conceder al Ayuntamiento de Bilbao un año de prórroga paca presentar el proyecto de esterilización de las aguas potables tomadas del Ordunte.

Indicador del Embalse (Google)

En 1928 se publica la autorización para construir la presa con una concesión a perpetuidad; se autoriza al ayuntamiento de Bilbao a instalar una línea de Transporte de energía eléctrica desde la central de Olmedillo hasta la presa del pantano; y, también ese año, se abría el concurso de la conducción desde el pantano hasta Valmaseda.

Los terrenos que ocupaba el proyecto pertenecían a los municipios de Partearroyo, Nava, Gijano, Santecilla, Bortedo y Ribota, en el Valle de Mena. Las Juntas Vecinales correspondientes exigieron compensaciones por la pérdida de terrenos y edificios entre los que se encontraban la ermita de San Bartolomé y la Casa de Juntas de Ordunte. El ayuntamiento de Bilbao pagó desde 41.075 pesetas, la cantidad mayor, a Partearroyo por las 42 hectáreas aportadas, hasta las 996 pesetas, la cantidad menor, que abonó a Santecilla, Gijano y Bortedo por haberles ocupado 9.252 metros cuadrados de terreno.


A primeros de 1929 se adjudicaban las obras de construcción del pantano a Valentín Vallhonrat, S.A. por 6.116.500 pesetas. En realidad las obras empezaron con los trabajos de instalación de los equipos y para ello se fueron cerca de millón y medio de pesetas. Para 1931 funcionaban normalmente las cantinas, tiendas, albergues, piscinas, oficinas, etc. El transportador aéreo, de dos kilómetros de longitud, desde la estación del ferrocarril, desde Ungo-Nava hasta la presa; el nuevo apartadero de esa estación; el polvorín; las torres del hormigonado; la cantera y su ferrocarril, y el laboratorio de ensayo de materiales. ¡Y 400 obreros!

Obreros que, llegado el cambio de régimen, aceleraron su conciencia política (por decirlo alambicadamente) y se pusieron a hacer huelgas para mejorar sus derechos. En la prensa constan numerosas referencias huelgas de albañiles y obreros en Ordunte, especialmente julio de 1930. Anecdóticamente, podemos referir la decisión de terminar una huelga, el 4 de diciembre de 1931, tras una votación donde los 251 afiliados a la UGT ganaron frente a 31. Pero, además, eran obreros que reconocían el valor de la joven Segunda República Española y se sentían Españoles defensores de sus símbolos, y su significado, como se reflejó en la pelea que ocurrió en Valmaseda el verano de 1931 entre nacionalistas y republicanos ante la falta de presencia de los colores nacionales en el kiosco de música de ese pueblo donde ondeaban banderolas con la ikurriña.


Y es que la vida de los obreros de la presa era dura. Menudeaban los accidentes como el ocurrido el 8 de diciembre de 1929 cuando un corrimiento de tierras sepultó a cinco obreros, o como el que produjo un barreno que explotó a destiempo y cuya onda expansiva -y las piedras- alcanzaron a los obreros Francisco González y Rufino Herrera que resultaron con lesiones de pronóstico menos grave. Ante la falta de otros recursos fueron llevados en coche al hospital civil de Basurto (Bilbao). Pensemos que el día posterior a la fiesta de los Reyes Magos de 1932 una explosión de dinamita causó cinco víctimas. A saber: un muerto, un herido grave y tres leves. El obrero muerto se llamaba Gregorio Niño, y el herido grave José Marquina. ¿Causas? seguramente el recalentamiento del cartucho. Y el 10 de septiembre de 1932 el ayuntamiento bilbaíno envió una comisión a visitar los trabajos porque el Sindicato de obreros del valle de Mena (Burgos) presionaba por el alto número de accidentes. Esa comisión dijo que quien debía preocuparse de la seguridad laboral era el gobernador de la provincia de Burgos y no ellos, los patronos. Como ironía esa misma tarde se produjo el atropello del obrero Ramiro Fernández, que resultó con el brazo triturado. Pronóstico grave.

El 13 de Abril de 1933 se hirió, al caer de gran altura, Federico Muñoz, soltero de 24 años. Le hicieron primeras curas y, después, en un coche fue llevado al hospital de Basurto. Tenía conmoción cerebral. Operado de urgencia fallecerá a las tres de la tarde. Vemos, junto con el alto número de accidentes, una incipiente preocupación por que los obreros heridos fuesen cuidados.

Vista de la presa por su parte sumergida

Y todo esto derivará en tensiones y un muy mal ambiente de trabajo. Sin tocar los roces de estos trabajadores con la población local.

También se encargó el ayuntamiento de Bilbao de la construcción de una nueva ermita de San Bartolomé de los Montes en las inmediaciones de Ribota. Recientemente y gracias a la Cofradía del Santo formada por los pueblos de la cuenca del río Ordunte se ha recuperado el templo y acondicionado el entorno con la financiación proveniente del mismo colectivo y el apoyo del Ayuntamiento bilbaíno que, mediante una Escuela Taller, ha actuado en el cierre perimetral en base a las gestiones de la alcaldesa pedánea de Ribota.


No solo había problemas con los obreros sino también con "Burgos" y por eso encontramos al alcalde de la capital de Vizcaya, a una semana de la inauguración oficial (14/03/1933), volviendo a las nueve y media de la noche desde Burgos tras haber asistido, junto a alguno de sus concejales y el ingeniero de obras públicas de la ciudad, a una reunión con los alcaldes de Valle de Mena y otras poblaciones interesadas. Buscaban paliar la mala imagen que, según Ercoreca, se vertía sobre Bilbao por "ciertos" sujetos entre los que incluía al ministro de Obras Públicas. El alcalde de Valle de Mena, D. Dionisio Rueda intentó aclarar que no había malquerencia y que todo se debía a que había vecinos que no consideraban justos los derechos de Bilbao sobre el agua de Burgos. ¡Pero sabed que en febrero ya estuvo Ercoreca en Burgos para limar asperezas! Quizá por todo esto el ayuntamiento vizcaíno llevó a 200 niños de la Casa de Misericordia a visitar "su" pantano. (Bueno, esto ha sido algo habitual hasta hoy: las excursiones al pantano de Ordunte).


Y llegamos al 21 de marzo de 1933 cuando a las diez de la mañana partió una caravana desde el hotel Carlton de Bilbao. La encabezaba el ministro de Obras Públicas y le acompañaron el señor Ercoreca, alcalde de Bilbao, el presidente de la Comisión gestora de la Diputación y otras personalidades y concejales (excepto los nacionalistas). A las once llegaron al pantano y el señor Prieto, acompañado por el ingeniero Herrán, lo inauguró.

Artículo de "El Sol"
sobre la ceremonia

La comitiva recorrió las obras, comenzando por la galería, para dirigirse después a la maquinaria y abrir las compuertas. En lo alto del pantano se instaló una tribuna y Ercoreca y Prieto pronunciaron sendos discursos. El ministro expuso los beneficios que reportaría el nuevo pantano. Incidió en que no sabía si asistía al acto como miembro del Gobierno o diputado por Bilbao, pero que de todas maneras era para él un verdadero honor.


El Sr. Prieto y sus acompañantes descendieron al fondo de la presa y presenciaron el funcionamiento de las máquinas que hacen girar las cuatro compuertas. El ministro oprimió el botón eléctrico que inició la vida del embalse.


Tras los discursos pasaron a la cantina donde se celebró un banquete. A los postres pronunció un discurso el Sr. Ercoreca. Después hablaron el diputado por Bilbao Sr. Aldasoro, y el alcalde del Valle de Mena, Sr. Rueda. Por último el Sr. Prieto volvió a hacer uso de la palabra.


Alejándonos de la política diremos que las dimensiones definitivas fueron: 60 m. de altura, 380 m. de longitud y 40 m. de anchura en la base, con cuya obra se logrará un embalse de 3.400 m. de longitud por 770 m. de anchura máxima y una superficie cubierta por el agua de 1.361.300 m. El cubo de hormigón de la presa, es de 220.000 m3 para lo que se emplearon unas 60.000 Tm. de cemento. Una característica que fácilmente se observa es que es un embalse de labios fijos.

Desde Ordunte parte la conducción del agua a través de una tubería de hormigón de forma ovoide de 1`80 x 1`20 m y 0`22 cm de espesor. Esta conducción tiene aproximadamente 39 km. En el kilómetro 16 se aprovecha un desnivel de 105 metros para producción de energía eléctrica, que servirá al Municipio de Bilbao para alumbrado, depuración y elevación de aguas, etc., aprovechando así 1.500 CV.


En fin, que el 12 de julio de 1933 Bilbao empezó a saciar su sed gracias al agua de Ordunte. Aunque los habitantes de la villa recelaban de su potabilidad. Y no les faltaban motivos de duda porque el 27 de octubre de 1934 fallecía por tifus una joven de diez y seis años que vivía en el barrio de la Cruz y cuya infección parecía proceder de estas aguas. Como broma les diremos que seis meses antes Arrigorriaga reclamaba la devolución del manantial de Abrisqueta porque Bilbao no lo necesitaba o... su inclusión como beneficiario del de Ordunte.

Las obras finalizaron totalmente en 1936, justo a tiempo para ser un interesante objetivo militar durante la guerra civil de 1936-1939. Por ello, en julio de 1937, ante el avance del ejército franquista, las tropas que custodiaban el embalse intentaron, sin éxito, volarlo con 2.500 kilos de dinamita. Gracias a Dios fallaron y en mayo de 1939 se reanudó el servicio tras reparar las averías.


La tubería doble (que doblaba el caudal) fue montada en el año 1959. Gracias a la entrada en funcionamiento de esta tubería, junto con la finalización de otras obras para la mejora del trasvase entre el río Cerneja al Ordunte la ciudad pudo satisfacer su demanda de agua. Terminaban así, en 1961, unas restricciones que ocurrían, incluso, en los meses invernales. Entre 1962 y 1964 se construyó además una estación de tratamiento con capacidad para 1,5 m3/s. Este embalse continuó siendo el principal abastecedor para Bilbao e incluso disfrutó de los problemas asociados a la "pertinaz sequía" de 1966.

Artículo de "La Luz" ironizando sobre
el origen de este agua y sus destinatarios

En 1987 dejó de ser un pantano exclusivo del Gran Bilbao porque se hizo un injerto en el sifón de Rucabado para suministrar agua a El Berrón y en 1988 la localidad de Gijano pudo disponer de agua para el consumo de sus vecinos mediante un injerto realizado en el sifón de Coternando. Posteriormente se añadieron Santecilla y el Polígono Industrial homónimo.


Bibliografía:

Periódico "El eco patronal".
Periódico "El Heraldo de Madrid".
Periódico "El Sol"
Revista "Ingeniería y Construcción".
Periódico "Crónica de Las Merindades"
Revista "La construcción moderna".
Periódico "La correspondencia militar"
Revista "La energía eléctrica".
Periódico "La época"
Periódico "La libertad"
Periódico "La luz"
Periódico "La voz"
Revista "Mundo Gráfico".
Periódico "ABC"


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