Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
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domingo, 15 de noviembre de 2015

Juan de Garay: "Abrir puertas a la tierra" / Abandono de San Salvador, casamentero


La pasada entrada dejamos a Juan de Garay partiendo para ayudar a su pariente, tío, Juan Ortiz de Zárate.

Al llegar frente a la Torre de Gaboto, se encontró con Melgarejo que había salido a buscarle y, como su barco era más rápido, transbordó los víveres y se volvió dejando a Garay que le siguiese en sus lanchones. Cuando más apurado era el asedio de los charrúas apareció Garay en la isla de Martín García, pero el río Uruguay le recibe tormentoso y hace naufragar a la nave que le conduce. Garay, tozudo, llega felizmente a la orilla a hombros de sus indios. Seguido azuza a sus calados, helados y agotados soldados.

Camino Real

Cuando el cabecilla Zapican avanza con sus 700 flecheros, sale de improviso Garay a la cabeza de sus once jinetes; arremete valientemente a los grupos que se le vienen encima, y les confunde y desorienta haciéndoles huir en todas direcciones. Es un espejismo porque la superioridad numérica de los indios se empieza a imponer. Antonio Leiva tiene a raya a los dos caciques Tabobá y Abayuba; Juan Venialbo que se da cuenta, acude presuroso, y del primer sablazo secciona la mano al uno, mientras el otro muere atravesado de un lanzazo cuando mordía rabioso las riendas del caballo. Una flecha mata el caballo de Garay; otra más certera se clava en su pecho, pero él se la arranca, monta otro caballo, y, ciego de ira, vuelve a la carga consiguiendo una victoria con un reducido grupo de combatientes.

Los derrotados charrúas abandonaron sus poblados. Entonces el Adelantado aprovechó para cumplir una de las capitulaciones que le imponían: la obligación de poblar el estuario, fundando la ciudad de San Salvador el día 30 de mayo de 1574. Eso sí, en mal sitio. Durante la estancia del adelantado Juan Ortiz de Zárate en San Salvador, suscribió un documento -7 de junio de 1574-, ascendiendo a Juan de Garay a Justicia Mayor, Teniente de Gobernador y Capitán General de todas las provincias del Rio de la Plata, en recompensa a los valiosos servicios que le había hecho, especialmente por la fundación de Santa Fe y por haberle librado de los charrúas.

Indios Charrúas

La recién fundada población de San Salvador, no se puede sostener porque disminuyen los víveres. Garay resuelve el tema recorriendo los poblados indígenas cercanos donde halla vituallas abandonadas. Juan Ortiz de Zárate, cansado de la vida en el bergantín, donde residía desde el incendio del 30 de junio, y comprendiendo que no tenía porvenir aquella fundación, decidió proseguir viaje al Paraguay el día 15 de diciembre de 1574, encargando a Garay el abandono del lugar y el traslado a Santa Fe de sus pobladores y enseres.

La navegación del Adelantado por el río Paraná, fue señalada por unas demostraciones de sumisión que le rendían los pueblos a su paso; así pudo comprender que había entrado en una región habitada por indios amigos y que una comitiva se adelantaba a rendirle honores. A principios del año 1575, quiso el Adelantado proseguir viaje a La Asunción, y el día 8 de febrero entraba en la capital de su gobernación en compañía de Garay, Melgarejo y Centenera. La población salió a recibirle en un cortejo encabezado por Martín Suárez de Toledo y demás autoridades. A los pocos días tomó posesión de su cargo, y empezó a dictar disposiciones para mejorar la situación creada por tan prolongadas interinidades.


Poco después regresó Garay a Santa Fe, llevándose tropas, caballos y bastimentos, porque quería consolidar la fundación y fijar allí su residencia. A mediados de marzo de 1576 recibió la noticia del fallecimiento de Juan Ortiz de Zárate, y a la vez, una copia de su testamento, en que le nombraba ejecutor de sus disposiciones, y le encargaba la misión de casar a su hija reconocida Juana Ortiz de Zárate, habida con la india Leonor Yupangui y residente en Chuquisaca, se casase con persona de calidad como correspondía para el gobierno de aquellas provincias. Traducido: con la huérfana iba una tremenda dote.

Según D. Gabriel María Vergara, en sus "Apuntes para una cronología americana", el Adelantado, como su hermano, había sido envenenado. Falleció el día 26 de enero de 1576. Le sustituyó interinamente su sobrino Diego Ortiz de Zárate y Mendieta, y éste confirmó a Garay los poderes que su tío le había conferido, según documento fechado el 8 de febrero de 1576, que se conserva en el Archivo de Indias.

Gonzalo de Abreu y Figueroa

Juan de Garay, en cuanto pudo, se dispuso a cumplir el testamento y emprendió viaje a Charcas en compañía de su amigo Pedro Fuertes y algunos soldados de su confianza. Tras de algunos contratiempos en Córdoba, donde le entretuvo D. Gonzalo de Abreu y Figueroa, llegó a Chuquisaca en el otoño de 1577. En sus entrevistas con la muchacha, hija única de veinte años, y por manifestaciones de su tío Hernando de Zárate, supo Garay que el pretendiente mejor colocado era el Licenciado Juan de Torres de Vera y Aragón.

Como todo estaba listo Garay buscó cerrar el tema. Torres de Vera se dio cuenta pronto que el Licenciado Juan Matienzo de Peralta, o de Atienza, quería estorbar sus planes porque pretendía casar a su hijo Francisco con la opulenta heredera. A saber, heredaba la muchacha unos 7.000 ducados de renta en España, minas en Potosí, fincas en Chuquisaca, estancias y ganados en Charcas, más la gobernación del Río de la Plata y el Marquesado del Paraguay. (¡¡Tela!!)

Licenciado Juan de torres de Vera y Aragón

Matienzo buscó el apoyo del virrey Francisco de Toledo. Le informó del fallecimiento del Adelantado, de la llegada de Garay y de los proyectos matrimoniales que habían de poner en manos del futuro esposo la gobernación del Río de la Plata. Y el virrey dio orden para que Juanita fuese llevada inmediatamente a Lima y casarla a su voluntad.

Torres de Vera solventó el inconveniente casándose y, seguramente, cumpliendo todas la exigencias para validar el acto. El matrimonio se celebró en La Plata el día 3 de diciembre de 1577. El día 13 de diciembre Torres de Vera escribía a Su Majestad justificándose: mencionaba las capitulaciones del Adelantado respecto a sucesión y solicitaba la encomienda de indios que disfrutaba su fallecido suegro.

Juan Matienzo

Lo que obtuvo Torres de Vera fue su destitución en el cargo de Oidor, verse preso y ser conducido a Lima entre seis arcabuceros. Burlarse del virrey es lo que tiene. Torres de Vera estaba neutralizado como Adelantado del Río de la Plata, que había recibido en dote por su matrimonio con la hija de Juan Ortiz de Zárate, pero premió al hombre que le había conseguido a Juanita.

Garay era el hombre para sustituir a Torres de Vela en el gobierno: experimentado, recto, con parentesco... Por ello le otorgó un poder el día 9 de abril de 1578, para que: "como su Teniente gobernador, Capitán general, Justicia mayor y Alguacil mayor le representara en la gobernación de todas las provincias del Río de la Plata, y gastara por su cuenta lo que fuere menester". Y cuando Garay consideró que su presencia no era necesaria en Chuquisaca, emprendió viaje de regreso, llevando consigo su acompañamiento de soldados y buenos caballos. Pero el Licenciado Matienzo, despachó por orden del virrey, mandamiento para apresar al de Losa en su recorrido por Tucumán a La Asunción.


Al llegar Juan de Garay a Santiago de Cotagaita, supo que le seguía el capitán Bartolomé de Valero, con órdenes de Matienzo para arrestarle, y se le enfrentó. Le dejó sin monturas para el viaje de regreso. Dispuesto Garay a regresar al Paraguay, en mayo de 1578, quiso cruzar Tucumán sin pasar por Santiago del Estero, de donde Hernan Mejía de Miraval era Teniente de gobernador. Este, sabiendo que don Gonzalo de Abreu no admitiría que Garay atravesara la gobernación sin su consentimiento, se ofreció a intervenir, y el día 2 de junio de 1578 obtuvo una provisión de Abreu para ir a entrevistarse con Garay.

Encaminándose a su encuentro, tuvo el acierto de hallarle en las cercanías de Nuestra Señora de Talavera, y le convenció para modificar el itinerario y dirigirse hacia Santiago del Estero. Así Garay reconoce a Abreu. Tras un breve descanso siguió viaje hacia Santa Fe y La Asunción. En el viaje a Tucumán eludió los desiertos de Cinti y de Tarija para entrar por el rio Salado a Santa Fe a mediados de agosto de 1578. Allí se enteró del apresamiento del gobernador interino, el criollo Diego Ortiz de Zárate y Mendieta.

Virrey Francisco de Toledo

Luis Osorio, nombrado lugarteniente de Mendieta cuando éste fue a Charcas, entregó el 15 de septiembre de 1578 el gobierno a Juan de Garay alegando que el Losino tenía más derecho al haber sido nombrado lugarteniente por ambos adelantados cuando el asunto de la Ciudad Zaratina de San Salvador.

Sigamos ahora al protegido del sacerdote jesuita Martín González: un indio guaraní muy espabilado, que fue desarrollando una imaginación y una inventiva capaz de hacer creer, y creerse, que sus sueños eran revelaciones directas de Dios. Desgraciadamente contagió al padre Martín evitándose el posible freno del religioso. El indígena, conocido por Oberáa, se presentaba como hijo de Dios y hermano menor de Jesús. Aumentó el contagio gracias al sincretismo con ritos autóctonos. Surgió un levantamiento en toda la Guayra.

Garay, con sus arcabuceros, tuvo que intervenir para apaciguarles. Pero envalentonados por la superioridad numérica, le hicieron frente, y uno de los cabecillas, escondido tras de un árbol, disparó su flecha contra Garay; fallado el golpe, y vista la maniobra por Juan Fernández de Enciso, acertó este a matarle de un tiro. Sometieron a los nativos de la Guayra, a excepción del sacerdote Martín y del indio Oberáa, que desaparecieron internándose en el Chaco.

Ruy Díaz de Melgarejo (cortesía de Villarrik.com

Juan de Garay permanecía en Santa Fe para apaciguar los ánimos como Adelantado interino, pero encargó a Ruy Díaz de Melgarejo (y 60 soldados) la busca de lugares para establecer dos nuevas poblaciones. Fueron las ciudades de Villa Rica del Espíritu Santo y Santiago de Jerez en el año 1579. Esta segunda estuvo a unos 19 grados de latitud sobre la orilla derecha del río Miranda, afluente del Paraguay y fue abandonada al poco tiempo ya que el entorno carecía de minas, no había tráfico comercial y sufría el asedio de los guaycurúes.


Bibliografía:


"El burgalés Don Juan de Garay". Gonzalo Miguel Ojeda
"Héroes burgaleses" Ernesto Ruiz y González de Linares
"Santo Domingo de la Nueva Rioja" Carmen Martínez Martín.
Revista LEÓN del Centro Regional Leones.
"Los nombres de Castilla y León en América y Filipinas" Eufemio Lorenzo Sanz y Gustavo redondo Moralejo.
"Los Castellanos y Leoneses en la empresa de Las Indias" Junta de Castilla y León.
"Los Burgaleses en el descubrimiento y formación de América" Eufemio Lorenzo Sanz.
"Castilla y León en América" Eufemio Lorenzo.


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