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lunes, 14 de agosto de 2017

Palacio torre del Mayorazgo de los Isla de Villalaín.


Los palacios renacentistas de Las Merindades son los grandes olvidados de nuestra arquitectura. Reflejan un momento de innovación arquitectónica y de apertura cultural, militar y comercial de nuestra comarca. El valle de Valdivielso es un ejemplo de edificaciones supervivientes y es un grato paseo recorrer sus pueblos y sus casonas. En otras zonas, como es el caso de Villarcayo y de Villalaín, la supervivencia de las mismas ha sido casi imposible y las guerras, la avaricia o la desidia las han convertido en ruinas o en carga para camiones de piedra con destino a rellenos o chalets de dudoso gusto.

Palacio de los Isla de Villalaín (2016)

Los viejos edificios renacentistas son caserones y palacios construidos para la vida doméstica, sin estridencias. Las fachadas nos gritan, a veces con voz inteligible, los apellidos de sus ilustres habitantes.

Foto antigua de la Asociación Española de Amigos de los Castillos.

El palacio torre de “los Isla” (aunque luego perteneció a los Vivanco y a los Angulo) – registrado también como Casa torre de los Díaz Isla- lo tenemos a la entrada del pueblo, en la carretera general de Villarcayo a Burgos. Tenemos una torre, una vivienda y un poco más alejada se ve la ermita de Santa María de Torrentero, vinculada a la familia Isla. Tanto la casona como la ermita, fueron declarados bienes de interés cultural en 1992 (Decreto 89/1992 JCyL) por la Fundación de Patrimonio Histórico de Castilla y León y, como tales, permanecen en un completo abandono. En especial la casa palacio y su torre que resultan prácticamente irrecuperables.



El linaje de los Isla surgió en el lugar homónimo del ayuntamiento de Arnuero en el partido judicial de Santoña (Cantabria). Según el genealogista Luis Varona, fue señor de este palacio Gómez Fernández de Isla que la vincularía al mayorazgo. Le sucede su hijo Pedro de Isla, abuelo de Teresa Alonso de Isla que casó con Juan Rodríguez Varona. Heredó esta casa una descendiente legítima de Pedro de Isla que casó con su primo Diego de Vivanco. Tuvieron a María Gómez de Isla que casó con el capitán Pedro Díaz de la Peña (No olviden a esta pareja porque volverá a salir).

Vista del interior del caserón (2016)

El sucesor del mayorazgo fue Pedro Díaz de la Peña Isla, bautizado el 7 de noviembre de 1576, que casó con Ana de Isla. Esta era hija de Antonio de Isla y de Isabel Pérez, vecinos de Carrión. Fueron padres de Mariana, Ángela, Vicencia y Pedro. Sucedió en el mayorazgo Mariana Díaz de la Peña Isla que matrimonió con Juan de Angulo Cachipín, natural de Villanueva de Ladrero que tuvieron a los siguientes hijos: Juan, Sebastián, Pedro, Tomás, Francisco y Mateo.


Pedro Angulo Díaz de la Peña Isla casó con María de la Torre, hija de Andrés de la Torre Ángulo y Teodora Brahona, vecinos de Villarcayo. Su descendencia: María, Ángela, Pedro, Manuel, Juan (nacido 31/12/1665), José, Gabriel Antonio y Gregorio Francisco.

Juan Angulo de Isla, casado con María Fernández de Sedano Salazar, fue padre de Andrés y Bartolomé Angulo de Isla. Andrés casó con su prima María Sáenz de la Peña y tuvieron a María Isabel, nacida el 26 de noviembre de 1713, Catalina Rafaela y juliana Águeda.

Detalles del Palacio de los Isla.

Tenían capilla y entierros en el Real Monasterio de Nuestra Señora de Rioseco y allí existía, según Varona, una bandera con el escudo de la familia.

Torre (2016)

Desde el interior del palacio se accedía a la torre de cuatro alturas situada en el extremo norte del conjunto. Es cuadrangular, con casi siete metros de lado. En sus lienzos se abren pequeños vanos, algunos adintelados y otros de arco de medio punto. No hay almenas. Seguramente de los siglos XV-XVI.


Adosado a la torre tenemos el cuerpo del palacio, la vivienda, con fachada de buena sillería y balcón. Es de solo dos alturas. Sería del siglo XVII. El escudo heráldico de los Isla aparece en la parte delantera, sobre una columna, y preside un patio cerrado con ripio (salvo la esquina) al que se accede por dos portalones trabajados con piedra de buena labra. Sobre la causa de que el escudo aparezca tan desplazado, junto a una obscena puertezuela, se debe a que estaba en una columna centrada entre dos arcos y que hoy en día –por el deterioro y la hiedra- no se distinguen. La columna citada merece un poco de atención. Parece que su capitel es una basa de orden corintio reciclada (nada extraño) que no coincide en sus dimensiones con el fuste.




El escudo de armas es de campo partido. En el primer campo aparece un castillo mazonado y donjuanado, sobre ondas de agua, y surgiendo de su homenaje un brazo armado que sujeta un estandarte. En el otro cuartel vemos una barra engolada en boca de dragones, cargada con tres flores de lis mal ordenadas y acostada por dos ruedas de carro. Son las armas de Isla. Según Varona el primitivo escudo de esta familia era: Castillo aislado y en él una bandera blanca con tres flores de lis.

Puerta principal (2016)

Los portalones exteriores son de arco de medio punto con grandes dovelas. El del lateral del patio es un arco simple por lo que podemos pensar que fuese el acceso secundario. Es de sillería, mampostería y fábrica revocada. Cierra el área con la casa extrema del complejo. El otro arco, el principal, está frente a la entrada y está flanqueado dos pequeños cubos almenados, con aspilleras en forma de cruz, de carácter decorativo. Su fábrica es de sillería y mampostería, con recercado de huecos en la sillería.

Puerta secundaria (2016)

Esquina de buenos sillares

Una vez entrado en el patio del conjunto observamos una puerta de factura posterior, muy posterior seguramente, al palacio. Esta fue la entrada tras la obra de sillarejo que cegó los dos arcos de entrada al patio interior de la casa y que desembocaba en la escalera renacentista por la cual se accedía a la primera planta y a la torre. La misma escalera fue cerrada con otra puerta de baja calidad y tosco muro. Si somos capaces de acceder y empujar la puerta de entrada podremos observar el pasamano de sillares de piedra rebajados similares a los presentes en un conocido palacio renacentista de Puente Arenas.


Imaginémonos entrando en el patio por el arco principal y encontrarnos frente a nosotros un zaguán visible a través de los amplios arcos -al que se podría acceder montado- y con el pasamano de la escalera de grandes sillares y los escalones de nariz en saledizo (borde redondeado) invitando a pasar a la zona noble.

Detalles de los escalones y la puesta interior.


Detalle del pasamanos.

Actualmente gran parte de la torre y del edifico están cubiertos de hiedra. Pequeños detalles como la ventana enrejada dan un toque de decadente romanticismo pero alejado de la artificiosidad de los preparados jardines decimonónicos.


Parte posterior del Palacio de los Isla.


Siguiendo el camino posterior nos encontramos con la ermita, capilla del palacio. Originariamente fue románica pero la reformaron en los siglos XV y XVI. En su interior cuenta con pinturas murales y arrastra la leyenda de que albergó la tumba de Laín Calvo, uno de los legendarios jueces de Castilla.

Ermita de Santa María de Torrentero.

Otra de las características del renacimiento fue un cierto gusto por la historia y por difundirla. Independientemente de que los testimonios literarios, las fuentes, fuesen reales o ficticios. En este ideal se podría enmarcar la inscripción dispuesta en el arco de la cabecera:

“HOC OPVS FECIT FIERI GVNDISALBVS / FERNANDEZ YSLIENSIS DO/MINVS DOMVS ET DOMINI YSLIENSU/S IN IPPIDO QVI VOCATVR BILLA/LEIN ANNO MILLESIMO CEN/TESIMO TREDECIMO”.

Su traducción “Esta obra mandó hacer Gonzalo Fernández de Isla, señor de la casa y del señorío de Isla, en la casa fuerte de Villalaín”. La factura y su fechado dejan evidencia de que es una invención para dar “lustre” a la familia Isla que hacia el siglo XVI tenían esta propiedad y la iglesia, aunque la fecha indicada del siglo puede servir al templo románico.




Lo que vemos tiene planta rectangular, espadaña a los pies con hueco y portada de acceso de medio punto, con escudo. Es una ermita de una nave con cubierta inclinada de teja y cornisa de piedra. La cabecera destaca por ser de mayor volumen, con contrafuertes diagonales y bóveda gótica. Fábrica de mampostería, con recercado de huecos en sillería. Del edificio del siglo XII se conserva el presbiterio con capilla cuadrangular, apenas iluminada en su día por una sencilla ventana con arco de medio punto doblado ilustrado con sogueado, que apoya en cimacio de rombos sostenido por sendas columnas. Actualmente está cegado el vano por tener en su interior un retablo barroco.


Un arco de triunfo doblado, con cierto apuntamiento, da paso a la capilla mayor que se cubre con bóveda de cañón apuntado, con sencilla imposta. Hacia 1500 fueron ilustrados los muros de la cabecera con pinturas murales representando el Calvario y el Apostolado, obra de Pedro Muñoz, artífice conocido en varias obras en Las Merindades.


En el siglo XVI se amplía el viejo edificio románico dentro del gusto de tradición gótica, añadiendo en el costado septentrional una nave como capilla funeraria de los propietarios disponiéndose el sepulcro con efigies yacentes del matrimonio formado por Pedro Díaz de la Peña, capitán de infantería, y María Gómez de Isla. Lo hicieron como poseedores del Mayorazgo de Isla y, sobre los bienes libres, fundaron una renta para las reparaciones de la capilla y misas por sus almas. Era el año 1607 y lo reflejaron en su sepulcro.

Torre en 2016

Vieja imagen de la torre (Asociación Española de Amigos de
los castillos).

La existencia de una pintura de la Guadalupe del Tepeyac, de época barroca, nos hace pensar en que algún Isla pudo acumular dinero en ultramar y destinar una parte a embellecer sus propiedades en Villalaín.

Entrada en 2017

En un estudio realizado por la arqueóloga Zoe Escudero Navarro para su posible restauración se descubrieron, al levantar el suelo, treinta enterramientos (uno de ellos un posible soldado napoleónico) que estarían vinculados con la familia de los Isla. Una de las tumbas protegía tres cadáveres, un hombre, una mujer y un niño pequeño, presumiblemente una familia víctima de alguna epidemia; y había cadáveres con una moneda en una mano.



Bibliografía:

“Historia de Burgos” Arte románico. Salvador Andrés Ordax.
“Catálogo arquitectónico de Villarcayo de Merindad de Castilla la Vieja” por Leopoldo Arnaiz Eguren.
“Torres y castillos burgaleses” por Gonzalo Miguel Ojeda.
“Patrimonio WEB” de la Junta de Castilla y León.
“Blasones y Linajes de la provincia de Burgos. Partido Judicial de Villarcayo” por Francisco Oñate Gómez.
“Villarcayo, capital de la comarca Merindades” por Manuel López Rojo.
“Románico Digital.com”
Fundación Santa María La Real.


Para Saber más:



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Dos palacios de Cadiñanos. (Primero, el primero y, luego, el segundo)

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Y a Isabelo y Juana por  sus 61


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